En el mundo hay libros y autores nutricios y autores y libros infecundos; juzgados, claro está, de manera personal, no con pretensión generalizadora. Para mí han sido fértiles y estimulantes por ejemplo los libros de Borges, de Monterroso, de Cervantes, de Laurence Sterne… entre otros muchos. Pero imagino que cada lector puede elaborar una lista de obras que le despertaron el afán creativo o la necesidad de acudir a nuevas historias para enriquecer su universo literario. Un fenómeno que no se limita únicamente a las creaciones de ficción sino que abarca cualquier fruto del espíritu humano, desde los tratados de filosofía y de historia hasta los manuales de ciencias humanas y las enciclopedias de arte. Desde la exposición o el cuadro que nos abre la puerta a estéticas insospechadas hasta la película o la música que literalmente nos traslada a un universo fértil, abonado al trabajo creativo.
Esa efervescencia y vitalidad que se adivina en la exposición ‘Los fauves. La pasión por el color’ que la Fundación Mapfre mantendrá abierta en Madrid hasta el 29 de enero de 2017. Una muestra donde se comprueba cómo la pasión por los colores puros y la intensidad en la pincelada condujo a un grupo de artistas entre los que estaban Matisse, Derain, Maurice de Vlaminck y Braque a romper con ciertos planteamientos estéticos periclitados, anhelantes de cambios para avanzar en nuevas formas de mirar la vida y plasmar las emociones.
Supongo que un cataclismo similar al de los ‘fauves’ debió sentir Elías Canetti cuando profundizó en el ‘Leviathan’ de Hobbes, al que considera –entre los pensadores no atados por ninguna religión– como el más importante y el que más le impresiona por la radicalidad de su pensamiento. Canetti, premio Nobel de Literatura de 1981, admira en Hobbes el hecho de que no esconde el poder bajo un velo pero tampoco lo glorifica, «lo deja simplemente como está». Dice de él que supo lo que es el miedo y que vivió «el primer período de la Historia Moderna, el siglo XVII», de «un modo consciente y reflexivo». «Desde que existe Hobbes, ocuparse de Maquiavelo tiene sólo sentido histórico», añade en su libro ‘La provincia del hombre. Carnet de notas 1942-1972’, obra deslumbrante y lúcida donde Elías Canetti se refiere fervorosamente a ‘Leviathan’ como uno de esos libros «que le aguzan a uno el ingenio, no libros que le paralizan por estar ya exprimidos y agotados desde hace tiempo». Fuentes nutricias.
De igual estirpe debe de ser la pasión que impulsó a Stefan Zweig a trazar los perfiles biográficos de Balzac, Nietzsche, Dickens, Stendhal, Tolstoi, Dostoiesvski… y a Fernando Savater a escribir su ameno y divulgativo ‘Aquí viven leones’, ocho viajes sentimentales a los lugares clave y a la obra de otros tantos maestros de la literatura universal: Shakespeare, Valle-Inclán, Allan Poe, Leopardi, A. Christie, Alfonso Reyes, Flaubert y Stefan Zweig. Libros y autores nutricios al cuadrado.