El verano es malo, bastante chungo, y no sólo en este Oeste calcinado que habitamos, sino también en latitudes más fresquitas. Puede que sea esa forzada exaltación de la compañía de cuñados y suegras, de las siestas lejos del sillón habitual o de la exhibición de cuerpos impresentables vestidos y calzados con las más chirriantes  y escuetas galas. El Infierno del Bosco pasado por los filtros del selfie y el instagram, pero en Dolby AC3, con voces estentóreas, gritos infantiles, regetón y ladridos de perro. Todo esto que en los medios de comunicación se sublima como el no va más, creo que por orden ministerial, obviando las moscas del pueblo, las multitudes de las playas o el abuso de productos condimentados con ajo, culmina en un desorden mental cuyos frutos llegan hasta este septiembre que espero sea purificador para los que han pasado por ese calvario. A todo ello contribuye el hecho de que no ha habido casi ningún estreno interesante y que las últimas críticas cinematográficas que he leído parecen extraídas de los mismos comunicados de prensa, quizás porque la energía de sus autores no daba para más. Algunos ejemplos:

Al escribir sobre “Yucatán”, la fallida comedia de Daniel Monzón, casi todos los críticos hemos coincidido en los obvios errores de guión, reparto y ritmo, pero he leído a más de uno destacando la música de Roque Baños que creo que sólo lo hacen porque les suena el nombre del compositor y el volumen de reproducción, pero la banda sonora no puede ser más infame. Una sucesión de temas estándar de bossa, swing y boleros, mal copiados – a lo mejor hay que decir homenajeados- y peor insertados. Al primero que escribió sobre el film, mirando de reojo la nota de prensa de la productora, se le ocurrió destacar al bueno de Roque, genial en la mayor parte de las ocasiones pero no precisamente en ésta, y todos los demás allá que siguieron con lo mismo.

Igual ha ocurrido con el estreno comercial de “Carmen y Lola”, la historia de amor entre dos chicas gitanas. Todos los medios, incluyendo revistas especializadas y Carlos Boyero, han aireado el hecho de que se tuviera que suspender su proyección en el festival de Pamplona a causa de las protestas del colectivo de gitanas progresistas, pero nadie ha dicho que poco después se preestrenó en Badajoz, en la inauguración del Festival Ibérico de Cine, con gran éxito y lleno casi total del Teatro López de Ayala, aunque no todos los colectivos representados estuvieran de acuerdo con el tratamiento, lo que hicieron saber de forma respetuosa y dialogante en el coloquio posterior a la proyección. La polémica vende y los críticos de cine se hacen eco de ella, olvidando el análisis audiovisual, los valores cinematográficos y a los que vivimos en el Far West, como siempre. Abundan las notas de gabinete de prensa de las distribuidoras, maquilladas como críticas de cine, para no tener que pensar ni documentarse mucho. A propósito, les recomiendo una novela negra, “La novia gitana”, de Carmen Mola, editada por Alfaguara, en la que el contexto gitano y lésbico da pié a una interesante investigación criminal ambientada también en el Madrid actual.

Para rematar la faena, los periódicos en las fatídicas fechas estivales publican entrevistas con personajes más o menos conocidos a los que se les pregunta por el verano de su infancia, por sus comidas preferidas y por sus libros y películas de cabecera. Pues ya saben lo que dijeron la mayoría. Libro: “Don Quijote de la Mancha”; película : “Casablanca”. Lo que dicen esas preferencias acerca del entrevistado, y no es por hacer de menos al Ingenioso Hidalgo  o al Café de Rick, es una forma de escurrir el bulto similar a cuando se dice “yo soy apolítico” o “no soy creyente, pero tiene que haber algo”. A fin de cuentas peor es decir que tu título fundamental es “La vida es bella”, añadiendo la muletilla de “qué música tan bonita”.

Esperando que las primeras lluvias arrastren esa pereza mental, no olvido la encomiable respuesta de un personaje político local relacionado con la cultura, cuando hace tiempo en el HOY le preguntaron por su lectura favorita y no dudó en decir que los tebeos de Mortadelo. Eso es sinceridad y lo demás son cuentos.