Enviado desde Groenlandia.
Cómo se prepara uno para estas latitudes?? Pues depende de frioleros o calurosos. Los frioleros parecen cebollas andando, de tanta ropa que llevan puesta, con la cara rojísima porque su cuerpo no puede desalojar el calor de su cuerpo. Lavan los platos más rápidos que nadie y por supuesto no se bañan nunca, ni siquiera la cara. El momento más agradable, para ellos, es cuando cogen entre mano y mano el vaso de colacao. Los calurosos, en cambio, son lo que llaman la atención, porque los anteriores sí que los ven como seres de otro mundo. Estos van en manga corta, y cuando llueve no se ponen la capucha ni por supuesto guantes, para ellos no saben que existe. Se bañan en el lago de arriba y todo su equipaje cae en una mochila mediana.
Están los que están constantemente preguntando por el tiempo que va hacer y se vuelven locos cuando llueve o está nublado y los que tienen una paciencia infinita, su interés por la meteorología es nula, saben que están en Groenlandia y que aquí el tiempo cambia cada dos horas o cada 4 semanas.
Están los que, todo el paisaje de Groenlandia, les parece a algo que ya han visto en alguna parte, en el pirineo, en Suiza; y los que este sitio es el lugar más extraordinario y único del mundo.
Como veis seguimos siendo humanos e iguales en todas las partes. Pero aquí, sí que hay algo que nos sorprende a todos y no nos deja indiferentes: Las Auroras. El Universo se nos revela con todo su esplendor y magia. Es un momento que se te graba en la retina para siempre.
Por hoy tendremos que esperar.
Jose Luis Quiñones