La Tierra, esa “nave espacial” en la viajamos por el cosmos, ese planeta que nos acoge, y para el que no tenemos recambio, está siendo sistemáticamente atacada, pero no por los típicos hombrecillos verdes, extra-terrestres ellos, sino por hombrecillos nada verdes, sino más bien negros e intra-terrestes ellos.
A finales de los años 70, el Dr. James Lovelock, prestigioso biofísico, presentó una teoría, de acuerdo con la cual todo el conjunto que constituye el ecosistema terrestre se comporta como una sola entidad viva capaz de autorregularse. Bautizó su teoría con el nombre de GAIA (vocalización inglesa del nombre de la diosa de la mitología griega GEA, que representaba a la Tierra). De forma que, para Lovelock, GAIA era el conjunto formado por toda la biosfera de la Tierra.
En mi opinión, GAIA es más que la biosfera, para mí ese ente que se autorregula pasa a ser todo el Sistema Climático, conjunto que puede ser considerado como un único organismo a escala planetaria, en el que todas sus partes (Subsistemas) están relacionadas, si bien manteniendo una relativa independencia.
Los cinco Subsistemas, son: Atmósfera (gases que envuelven la Tierra), Hidrosfera (conjunto de todas las aguas del planeta) , Criosfera (Antártida, glaciares y demás masas heladas), Litosfera (tierras, parte sólida terrestre, en general) y Biosfera (seres vivos, animales, plantas y “desgraciadamente” el hombre).
Esos cinco Subsistemas, a través de los intercambios e interacciones entre ellos constituyen la base del equilibrio en nuestro planeta. De forma que cuando ese ente, al que seguiremos llamando GAIA, se siente atacado, en una o más de sus componentes, pone en marcha los recursos necesarios para defenderse, tratando con ello de recuperar la paz tras el ataque y de devolver el equilibrio al Sistema.
Existen muchos ejemplos que acreditan que eso es así,… veamos algunos de ellos:
1A.- ATAQUE: La actividad humana, en su descontrolado desarrollo, lanza a la atmósfera cantidades enormes y crecientes de GEI (Gases de Efecto Invernadero), que provocan el calentamiento global, tanto de la atmósfera como de los receptores más directos de la radiación solar, la litosfera y la hidrosfera.
1D.- DEFENSA: Alguien, digamos que GAIA, da la orden a la hidrosfera para que absorba esos GEI y los mantenga en la atmósfera a niveles compatibles con el clima existente en el planeta.
2A.- ATAQUE: El hombre sigue inyectando más y más GEI en la atmósfera, lo que hace que la capacidad de absorber estos gases por la hidrósfera se acerque al límite del nivel de saturación, por encima del cual se dañaría a la biosfera marina.
2D.- DEFENSA: Ante ello, GAIA admite que la atmósfera se caliente, pero ordena a la criosfera que mantenga ese calentamiento dentro de unos límites aceptables, fundiendo para ello una parte de su hielo. Hay que recordar que cada gramo de hielo que se va a fundir tomará de la atmósfera 80 calorías; por tanto, se frena el calentamiento a costa de fundir mucho hielo de los glaciares, del Ártico y hasta de buena parte de la Antártida.
3A.- ATAQUE: Continúan emitiéndose los GEI, con lo que el CO2 en la atmósfera alcanza valores nunca antes conocidos en los últimos cientos de miles de años; el nivel del mar comienza a subir, como consecuencia por una parte del calentamiento de la hidrosfera, que se dilata con el calor, y por otra parte por la fusión de los hielos que añade más agua a la hidrosfera.
3D.- DEFENSA: Cuando GAIA se percata de que el hombre no parece cejar en sus ataques, y de que las 80 calorías por gramo, por la fusión del hielo, no son suficientes para frenar el calentamiento, decide protegerse dando un paso más; GAIA sabe que la vaporización de agua se lleva 540 calorías por cada gramo que se evapora, es decir casi siete veces más que la fusión del hielo, por lo que ordena a la atmósfera y a la hidrosfera que evaporen y soporten, en forma de nubes, más y más agua. Con ello, se forman más nubes y más grandes, los conocidos cumulonimbos (Cb), que causan grandes tormentas, intensas precipitaciones, inundaciones, tornados, etc. Parece que GAIA empieza a darse cuenta de que la mejor defensa es el ataque.
4A.- ATAQUE: Tienen lugar una larga serie de reuniones internacionales, al más alto nivel, es decir absolutamente inútiles, puesto que los países, salvo muy contadas y honrosas excepciones, están representados por políticos, con más intereses económicos que medioambientales. Por otra parte, se sabe que el recorte en las emisiones de GEI pasa por cambiar el modelo energético actual, con lo que se topan de lleno con el terrible enemigo que es… “la economía”, que recomienda hacer poco o nada, en el corto plazo.
4D.- DEFENSA: Una vez que GAIA se ha dado cuenta de que la mejor defensa es el ataque, y de que sus “ataques de defensa”, puestos en marcha hasta ahora, parecen ser poca cosa, se plantea subir el nivel de los mismos, pasando a enviarnos recados del tipo de más y mayores huracanes, abundantes tornados, destructivas inundaciones y desoladoras sequías, que provocan hambrunas, etc. Pero, más aun, GAIA se plantea dar otra vuelta de tuerca más, entrando en los peligros para la salud.
Podríamos seguir con más ejemplos del binomio ATAQUE-RESPUESTA, pero prefiero terminar dejando constancia de que, en mi opinión, las respuestas de defensa de ese prodigio que es GAIA, presentan un fallo garrafal en sus consecuencias, puesto que se equivoca al pensar que los efectos de sus acciones defensivas serán lineales y que afectarán a todos los culpables por igual.
La realidad es que la distribución espacial de los que atacan a GAIA y de los que sufren sus respuestas de defensa, son espacios disjuntos como puede comprobarse en los mapas que se adjuntan. A la izquierda los países emisores de los GEI (marrón más oscuro cuanto más emite) y a la derecha el número de muertes previstas por las consecuencias de esas emisiones (marrón más oscuro cuantas más muertes).
Y al hecho de que las víctimas de las emisiones de los países más poderosos serán los países más pobres, hay que añadir que incluso dentro de cada país lo pagarán más caro los más débiles, los más pobres de los pobres, y por tanto los menos culpables.
Pero cuidado, porque parece que GAIA se ha dado cuenta de su fallo y ha puesto en marcha algunos mensajes de aviso a los países más contaminantes, bajo la forma de fenómenos meteo-climáticos de enorme virulencia que, en los últimos años, están concentrándose, con más frecuencia que en épocas anteriores, en países como Estados Unidos, Rusia o China, entre otros.
En consecuencia, parece claro que no debemos seguir atacando a quien nos acoge y ampara maternalmente en su seno, puesto que GAIA podría convencer al planeta Tierra para que abandonara su tarea de madre y pasara a ser una cruel madrastra, ante cuyas agresiones poco o nada podríamos hacer.