El Ibex consiguió “in extremis” cerrar su quinta semana consecutiva en verde y lo hizo en un contexto adverso al conocerse el lunes la noticia de la bancarrota de Thomas Cook, la touroperadora británica más antigua del mundo. Esta compañía traía más de siete millones de turistas anualmente a España (con destino preferente a Baleares y Canarias) por lo que sin duda,suquiebra acabará teniendo una incidencia muy negativa en uno de nuestros sectores más pujantes estos últimos años: el turismo.

El selectivo recuperó un exiguo 0´05%, liderando los avances la operadora Cellnex, que tras conocerse que podría adquirir las 50.000 torres que vende Telefónica se revalorizó un 6´28%, acumulando en lo que va de 2019 un espectacular 71%. La otra cara en el parqué la ofrecieron valores como Gamesa y Arcelor, que cedieron respectivamente un 4´56 y un 5´79%. Entre los “blue chips” la peor parte se la llevó BBVA (-3´12%), especulándose que la entidad presidida por Carlos Torres podría anunciar en breve una “gran adquisición” en España.

Recortes en el exterior con la sola excepción del FTSE londinense, que logró desmarcarse de la tendencia general y terminó en verde, subiendo algo más del 1%. El Dax de Frankfurt y CAC de París retrocedieron ese mismo porcentaje y el HangSeng chino continuó su particular “via crucis” bajando un 1´92%, desplomándose en 15 días más de un 5%.

El euro marcó mínimos de los últimos 28 meses al cruzarse con el dólar en las 1´09 unidades, mientras el petróleo, que hace apenas un meses superaba los 84 dólares/barril, ayer echó el cierre en los 62$, tras perder un 4% en las cinco últimas jornadas sin conseguir aún sobreponerse a las fuertes tensiones geopolíticas que se están viviendo en Oriente Medio.

Mención especial al mercado de deuda. La rentabilidad del bono cayó 8“pipos”acercándose de nuevo a zona de mínimos históricos (acabó en el 0´16%) estrechándose la prima de riesgo 3 puntos básicos hasta los 73 enteros.

La dimisión de la Consejera alemana del Banco Central Europeo Sabine Lautenschlager, ha puesto una vez más en evidencia las discrepancias en el BCE sobre las políticas monetarias a seguir en situaciones tan delicadas como la actual. Lautenschlager había mostrado en reiteradas ocasiones su oposición a que el banco emisor mantuviese sus compras expansivas de deuda, entendiendo que éstas solo debían acometerse si había un riesgo real de deflación, riesgo que en principio no advierten el grueso de los expertos. La división en el Consejo del BCE es ya manifiesta y todo un reto para la Presidenta electa Christine Lagarde, que iniciará el próximo mes su mandato con la clara oposición a las políticas actuales, no solo de alemanes sino también de holandeses, austríacos e incluso franceses. Todo un reto.