Parece mentira pero ya han pasado dos semanas desde que terminó el Carnaval de este año. Y parece mentira porque no dejamos de ver actuaciones de murgas en bares y locales que siguen después de estos días llevando la alegría de estos grupos para que la gente que no ha podido verlos en el teatro los pueda ver y escuchar de cerca. También ahora muchos pueblos están celebrando sus Carnavales y las comparsas de la ciudad acuden a ellos para poder desfilar por sus calles y llenarlas con sus ritmos y bailes.
Y todo sigue, parece que no cuando estás esperando a que llegue. Todo un año esperándolo con ganas, las murgas porque quieren cantar sus nuevas letras, las comparsas porque quieren sacar a la calle sus nuevos ritmos y trajes y la gente que participa asistiendo y disfrutando de todo esto porque quieren ver lo nuevo que ellos traen.
Muchas veces no nos damos cuenta de lo rápido que pasa todo. Este año el Concurso de Murgas para mi ha sido muy rápido. Se ha ido volando, casi sin darme cuenta. Las circunstancias de cada persona influyen también en esas sensaciones. Pero la fase de preliminares se hizo hasta corta, no quiero decir ya la de semifinales o la final.
Muchas murgas, muchas letras, músicas, muchas puestas en escenas que te ayudaban a meterte en las actuaciones, muchas sensaciones al fin y al cabo. Y eso es lo que debería de importar en Carnaval y en el Concurso de Murgas. Muchas veces nos olvidamos que el Carnaval es crítica, pero también es una fiesta.
El Carnaval debe de servir para poder poner de manifiesto lo que la gente piensa, ayudados de la música, los disfraces y, sobre todo, las letras de sus pasodobles y cuplés. No puede ser que se creen polémicas que ensombrezcan un concurso después de que este termina. Las murgas tienen la libertad de poder cantar a lo que ellas consideren, el buen gusto con el que lo hagan es otra cosa. Pero eso no puede ser motivo para pedir ciertas cosas porque no gusten algunas letras. La libertad de cantar a lo que se piensa debe de existir, al igual que luego las murgas deben de entender que los demás podemos opinar como nos parezca.
Pero una vez que termina el Concurso esto debe de quedar olvidado y disfrutar del resto del Carnaval, del desfile de las comparsas el domingo y pensar, que aunque termine oficialmente el martes, sigue en todos los rincones de la ciudad durante mucho tiempo.
De nada sirven los fanatismos por una murga o una comparsa, lo bonito es querer disfrutar de la fiesta sin complicaciones, solo por el hecho de ser Carnaval. La vida ya por si misma es complicada y nos pone muchas veces en situaciones muy duras, no debemos nosotros buscar complicar algo que es tan sencillo como el disfrutar del Carnaval.
La vida es muy corta, pasa muy corriendo y muchas veces no te das ni cuenta que sin querer te cambia por completo. Se van personas que hacían grande tu vida y sin querer ocurre en una época en la que tú estás mas ajetreada. Pero nada para, el Carnaval no para ni lo hará y por muchas polémicas que haya un año, al año siguiente habrá otro. Por eso solo cabe de disfrutar lo que se tiene mientras está ahí y no pensar en nada mas. Por eso solo cabe felicitar a las murgas que han llegado a la final del Concurso y, y por supuesto, a las ganadoras.
Hay que saber disfrutar de la fiesta y no meterse en tonterías de polémicas, ya sea durante el concurso, o una vez que este termine. Sobre todo, disfrutar de la vida. Porque queramos o no, la vida sigue siendo un Carnaval.