¿Imaginas como sería conocer a ese artista que admiras tanto? Poder preguntarle como hace para escribir o donde se inspira para sacar esas letras que te erizan la piel. Pues eso ya es posible, sobre todo, si tu artista favorito es algún autor gaditano.
Y todo esto es gracias a Carnavalea. Una idea salida de la mente de Lina, una gaditana que quería dar a conocer la cultura de su tierra, y con la ayuda de Antonio investigó y vio que el Carnaval era la mejor manera de hacerlo. Se pusieron en contacto con los autores y de ahí nació Carnavalea.
Este fin de semana hemos tenido la oportunidad de disfrutarlo en Badajoz. Y de la mano de uno de los autores más reconocidos y con mejor trayectoria del Carnaval gaditano, Tino Tovar.
El encuentro comienza con Tino recibiendo en la puerta a todos los participantes de esta experiencia. Eso te da ya una idea de que todo va a ser muy cercano, como en familia.
La primera parte del evento es un recorrido del autor por su trayectoria. Todo salpicado de anécdotas y de risas. Se mezcla con pasodobles interpretados por el propio autor acompañado por Kike, miembro de su comparsa. Y ahí es donde está uno de los valores mayores de esta experiencia. El descubrir como surgieron muchos de esos pasodobles.
Tino cuenta de donde le surgen las ideas para los pasodobles, pieza clave en la comparsa, como él mismo reconoce. Muchas veces esas ideas vienen de pequeños despistes o de gestos cotidianos. No siempre hay que irse a por temas de actualidad, que al final lo que hacen es cansar al público al verlos tantas veces repetidos. El arte del poeta reside en conseguir que de un tema, a priori no transcendente, salga una letra que consiga emocionar al público.
Como dice el autor no es lo mismo escribir una letra en casa donde tú piensas que es preciosa, a llegar después al teatro y que no encaje. El concepto cambia. Cuenta como sintió cada comparsa, desde los primeros años donde el participaba y escribía de una forma más infantil. Hasta cuando cambió de grupo y aprendió a escribir para otros.
Al principio era su propia voz la que tomaba como referente. En esta segunda época, viendo el potencial del grupo sabía que tenía que cambiar y sacarle todo el partido a voces como por ejemplo la de Carli. Y ya en la época actual donde ha encontrado un grupo a su medida, la horma de su zapato.
Entrevista con Tino Tovar en Badajoz
Así hace un pequeño descanso para que los asistentes al acto puedan refrescarse. Pero él no descansa. Guitarra en mano nos atiende mientras intenta bajarle algunos tonos a la letra que después ensayará con los asistentes. No ha parado de hablar y explicar en todo el rato y se sorprende de lo atentos que han estado todos escuchándole. No es para menos.
La primera pregunta que le hago es casi obligatoria:
Dar la Murga: ¿Qué aprende Tino de este tipo de encuentros?
Tino Tovar: Muchísimo. Aprendo a escuchar. Es impresionante ver como la gente se puede estar cuatro horas escuchándote hablar y no sentirse cansada y disfrutarlo. Aprendo a amar el Carnaval de otra manera y a vivirlo así también.
Para mi llegar a estos encuentros y ver a tantas personas que han venido a verme me parece impresionante, me hace sentirme importante aquí. Para una persona común es algo increible y eso se lo debo a esta gente que está aquí. Me encanta este tipo de público, como se preocupan por la profundidad de una letra, me parece algo maravillo. Me hace esforzarme más, me hace saber que merece aún más la pena seguir.
D.L.M.: Mientras hablabas en el Carnavalea has distinguido como tres grupos en tu trayectoria. ¿Se podría decir que este último es con el que te sientes más identificado?
T.T.: Yo estoy muy agradecido a todos los grupos con los que he trabajado. Pero este grupo de ahora me ha hecho sentirme autor, se preocupan por hacer las cosas como a mi me gustan. Hay una anécdota con uno de los integrantes, Pepe Juan. Yo suelo ir poco a los ensayos, pero cuando voy y hago alguna corrección siempre dice: “señores denle al record y no pierdan esto” y eso son detalles que me gustan.
D.L.M.: Una duda personal (risas) ¿Cómo se te ocurrió este año meter un rap en mitad del popurrí?
T.T.: Pues porque hay que atreverse. Era un personaje en plan niño, un poco travieso. Y me acordé que nadie había hecho algo parecido. El popurrí es una composición que acaba por agotarme. Lo que intento es hacer un hilo narrativo en cuestión de la historia y la letra. Y en cuestión de la música lo que digo es, pues voy a hacer una bosanova, o voy a hacer una bujería y este año fue pues voy a hacer un rap. Por arriesgarte y salir un poco los pies del plato. Y como el grupo que tengo le gusta hacer las cosas como a mi me gustan tiran con todo.
D.L.M.: ¿Cuál sería para ti la parte más importante de la comparsa? ¿Sería el pasodoble?
T.T.: El pasodoble lo es todo, es la composición genuina de la comparsa. En comparsas que están igualadas el pasodoble es lo que decide. Es la medida de todo. Una letra de pasodoble que reviente el teatro eso pesa mucho. La gente va expectante a ver que es lo que cantas.
D.L.M.: ¿Qué es lo último que escribes de la comparsa?
T.T.: Pues suelen ser la presentaciones. A mi es una composición que me encanta. Es un reto todos los años. Las ideas van cambiando. Tu tienes una idea al principio y a medida que te pones a componer la idea va generando otra cosa distinta y si haces la presentación la haces al principio se pierden cosas. Por eso suelo dejarlas para el final porque ahí ya sabes de lo que va al 100%.
D.L.M.: Si tuvieses que quedarte con uno de los pasodobles que has escrito ¿Cuál sería?
T.T.: Eso es muy complicado, muy complicado. Cada uno tiene su cosa, ninguno es mas o menos. Pero quizás el de “Eras tan guapa y tan niña” de La Canción de Cádiz (dedicado a su esposa) o el dedicado a su hija “Cuando supiste que eras niña” de La República Gaditana (dedicado a su hija).
Después del descanso comenzaba la segunda parte del Carnavalea. Tino y Kike enseñaban una letra a los asistentes y ensayaban con ellos para terminar todos cantándola. Da igual si eres una voz privilegiada o no, el maestro enseñaba a todos como poder hacer para participar todos de la experiencia. Es la parte más participativa y donde la gente se suelta más.
Y de esta forma se llega al final de la noche. Una experiencia de cuatro horas que se pasan en nada y que dejan al público con ganas de más. De seguir aprendiendo y disfrutando.
Los anfitriones Cuenta 13 con Tino Tovar. FOTO CARNAVALEA
Después se forman pequeños grupos y la gente puede disfrutar de probarse los gorros que traen de sus agrupaciones o de los zancos de este año de El Creador. La gente aprovecha para charlar directamente con Tino, cosa que hace encantado y atendiendo a todo el mundo. No parece haber cansancio, ni ganas de irse de unos y otros.
Es la sensación de magia del ambiente de un público encantado de haber conocido a su autor. Y de un autor que, como el mismo dice, se marcha con la gran satisfacción de ver como gusta en esta tierra el Carnaval y la pasión con la que se vive.