ME SILENCIO…
Escucho el clamor de las jóvenes estudiantes en el campus de Badajoz: “No nos mires, únete…” Intuyo que no sólo me invitan a acompañarles en su trayecto mañanero al centro de la ciudad, sino a todo un proceso de humanización que pasa por la verdadera igualdad en el reconocimiento de la dignidad de la mujer en nuestra sociedad. Ahí considero que tiene un papel fundamental la escuela, la que va desde los pequeños hasta los últimos grados universitarios en los que me muevo. Por eso he decidido que hoy voy a escuchar cosas que me lleguen para dejarme hacer y profundizar en esta verdad de la dignidad de la mujer a la que estoy llamado tanto por razones antropológicas, sociales como creyentes. Y me detengo en el decálogo que me llega elaborado por el movimiento de los jóvenes estudiantes de acción católica(JEC) con los que llevo mucho de recorrido y de los que he recibido tanto en tantos temas y de un modo especial en este. Me permito compartirlo aquí y darles toda la voz, porque quiero estar en comunión real con ellos, y desde ellos, con todas las mujeres del mundo:

ESCUCHO…
“El día 8 de marzo es un día para que las mujeres nos hagamos oír y la JEC como movimiento con vocación de trabajo y transformación dentro del ámbito estudiantil y educativo nos sentimos llamadas a la huelga y a las movilizaciones feministas. Este año lo hacemos de la mano de un Decálogo para una Escuela Feminista:

1. Una escuela en la que niños y niñas tengan los mismos derechos y se encuentren en libertad e igualdad de oportunidades.

2. Una escuela que trabaje por la prevención de la violencia y la discriminación por razones de género.

3. Una escuela sin estereotipos de género en la que las mujeres se desarrollen en la esfera privada y pública sin temor alguno.

4. Una escuela en la que el ámbito afectivo y del cuidado no sea exclusivo del género femenino.

5. Una escuela en la que el ámbito público y del éxito social no sea exclusivo del género masculino.

6. Una escuela que apueste por la coeducación como modelo educativo, educando en común, en el respeto y en igualdad desde la diversidad.

7. Una escuela consecuencia de políticas estructurales de igualdad de género en todos los niveles del sistema educativo.

8. Una escuela cuyos contenidos de su Currículum educativo no invisibilicen a las mujeres.

9. Una escuela en la que los y las profesionales que la forman se encuentren en igualdad de condiciones laborales y salariales.

10. Una escuela consciente de que la transformación social solo se puede lograr a través de la educación.

Como otros años en esta fecha, esta llamada nos surge del Evangelio donde podemos comprobar que el encuentro de Jesús con las mujeres subvierte totalmente los esquemas de un orden social, cultural, político y religioso que relega, margina y estigmatiza a las mujeres. Frente a eso, Jesús reconoce la dignidad y la igualdad de las mujeres respecto a los hombres y lucha por su empoderamiento y protagonismo en todas las dimensiones de sus vidas.