En los años en los que se formaba en este campamento a miles de reclutas, en el servicio de Cocina trabajaban 80 soldados y un jefe de cocina.
En un llamamiento, dos meses, se consumían 35 toneladas de patatas, más de 400.000 huevos, 300.000 bocadillos y 80.000 litros de sangría. En tiempos de sandía se consumían 10.000 kilos al mes. En un mes también se tomaban 20.000 kilos de carne. Cada día se hacían 10.000 churros, que no sobraba ni uno, y se comían 300 kilos de plátanos.