La reforma laboral con la precariedad en sueldos y temporalidad aleja a la gente joven de la posibilidad de compra y la capacidad de ahorro en los que tengan empleos estables está siendo nula
Llevamos oyendo hablar del nuevo Plan de Viviendas 18-21 desde hace varios días. Como tantas informaciones que surgen de la actividad legislativa del gobierno, nos suena el tema, pero no sabemos exactamente cómo nos puede afectar este proyecto en nuestro día a día, en nuestros alquileres, o en nuestras posibles futuras compras de una casa. ¿A quién afecta el plan de viviendas aprobado?
El objetivo de este plan es en teoría ayudar fundamentalmente a colectivos desfavorecidos a la compra y alquiler de viviendas: jóvenes, mayores y colectivos en situación de necesidad. Pero no olvida la necesidad de poner al día un parque de viviendas que está necesitado de actualización, sobre todo en los aspectos energéticos, porque no hay que olvidar que las ventas de viviendas que se están reactivando afectan fundamentalmente al 90% del parque de segunda mano.
Pero el Plan de Vivienda tiene en su filosofía otros objetivos secundarios, como promover que los jóvenes se queden en las zonas rurales, que la construcción de viviendas esté destinada a alquileres a precio tasado en general, e incluso la rehabilitación de casas destinadas al alquiler para personas mayores o discapacitadas.
El Plan de Viviendas tendrá carácter retroactivo. Es decir, aunque se haya aprobado con posterioridad al día 1 de enero de este año, ese día es el de su activación, por lo que los beneficiarios posibles que hayan hecho operaciones anteriores a la aprobación, estarán incluidos en los beneficios del Plan.
Todos los casos tendrán que cumplir una serie de condicionantes económicos y administrativos, y salvo para los mayores de 65 años, serán ayudas por tres años. En términos generales, podemos acotar por edad las ayudas previstas:
Los menores de 35 años que no tengan casa en propiedad podrán pedir una subvención del 50% del alquiler mensual que no excede de 600 euros, o sea que les darán 300 euros al mes, durante tres años. En ciudades como Madrid y Barcelona, como los alquileres son mucho más altos, esa ayuda podrá llegar hasta 450 euros mensuales.
Para el tramo de edad de entre 35 y 65 años y que no tengan la casa en propiedad, la subvención llegará hasta el 40% de la renta mensual con tope de 600 euros. Es decir 240 euros al mes de ayuda al alquiler y en las grandes ciudades serán unos 270 euros mensuales porque se sube el tope a 900 euros con límite del 30%. El plazo, el mismo que en el caso anterior.
Para los mayores de 65 años, hay previstas ayudas de hasta el 50% del alquiler mensual siempre que no tengan un patrimonio de más de 100.000 euros, y que no tengan vivienda en propiedad.
Para los desahuciados, ya sea que su vivienda fuera en propiedad o en alquiler, tendrán hasta 400 euros al mes. Pero como la renta de las viviendas para este colectivo no pueden exceder 400 euros mensuales, en realidad se les está subvencionando la totalidad del coste de la vivienda por los mismos tres años citados.
Tendrán los jóvenes menores de 35 años la posibilidad de comprar su vivienda con una subvención del 20% de la vivienda con un tope de 10.800 euros. Los requisitos serán los mismos que en el caso anterior.
Pero la clave es tratar de fijar los jóvenes al territorio y dar vida a los núcleos rurales. Así esta ayuda estará condicionada a que el pueblo donde compren tiene que tener menos de 5.000 habitantes, y que la vivienda no sea más caro de 1000.000 euros, lo que en Extremadura no será difícil.
La preocupación por los gases invernadero y el cambio climático hace subvencionar mejoras que vayan destinadas a la eficiencia energética. Resulta paradójico que el Gobierno Central promocione este concepto mientras los eurodiputados del Partido Popular español votaban hace pocas fechas en contra de Renovables en el Parlamento europeo, incluso enfrentándose a su propio grupo parlamentario que votó a favor, concerniente a la promoción de economía verde y circular con energías renovables.
Con algunas especificaciones y requisitos que establece la ley, con carácter general serán ayudas de 12.000 euros para unifamiliares y 8.000 en pisos. Las ayudas serán de hasta el 40% de la inversión, mientras que discapacitados y mayores de 65 años con determinadas características económicas, tendrán hasta el 75%.
Todos aquellos que construyan viviendas destinadas al alquiler tendrán también ayudas. Como ya hemos comentado en los apartados anteriores tendrán determinados requisitos legales y administrativos, pero con carácter general tendrán ayudas:
Para ampliar el parque de viviendas en alquiler con hasta 31.500 euros por viviendas, con determinadas condiciones económicas del inquilino previsto. O bien para alquileres más baratos en función de los ingresos previstos en la ley de los posibles inquilinos, de hasta 36.750 euros. Estos alquileres deberán durar 25 años.
Y si los inquilinos son mayores o discapacitados y el patrimonio que poseen es inferior a los 200.000 euros, serán hasta 40.000 euros por viviendas y el plazo de arrendamiento, subirá hasta 40 años.
En este plan vislumbramos algunas pegas.
La primera. La vivienda va a ser más cara, el año pasado ya subió un 17%, y hay que apoyar el alquiler. La reforma laboral, con la precariedad en sueldos y temporalidad, aleja a la gente joven de la posibilidad de compra, y la capacidad de ahorro en los que tengan empleos estables está siendo nula por lo que también, nulas las posibilidades de ahorrar la famosa entrada a la compra de una vivienda.
La segunda. El Plan no tiene dotación presupuestaría, y se supone que el 30% de ella tendrá que ser de cuenta de las comunidades autónomas.
Habrá que esperar a ver que pasa porque, con niveles de renta previsto en los beneficiarios, en Extremadura sí pueden funcionar, pero en otras regiones, probablemente no. Con unas ayudas que lo que pueden promover es aumentar su importe en el precio de las viviendas, y con un parque de viviendas que está siendo destinado al alquiler de viviendas turísticas, pueden ser todas estas buenas intenciones más cuentos y menos cuentas para los que necesiten acceder a una vivienda.