“¡Pido que se alicate el Teatro Romano!” En tono irónico, así se mostró la actriz Ana Trinidad, tras el estreno de Las Tesmoforias. Y en los ojos de Ana se vislumbra cierta frustración. No porque la obra no haya funcionado, sino, quizás por todo lo contrario, porque aún funcionando no ha podido estar en plenitud. Su lesión de rodilla le impidió lucir como todos la conocemos. Como una de las mejores actrices que han pasado por la arena del Teatro emeritense. La solución: una silla de ruedas que la acota y en momentos la apaga. Han sido meses de trabajo, de esfuerzo físico, mental y económico y de ilusión. Tras ver el montaje, te entran ganas de que su director, Esteve Ferrer, lo re-adapte a teatro cerrado, para ver a Ana Trinidad lucirse como todos deseamos.
Poner en pie Las Tesmoforias ya era un riesgo. Nunca se había representado en el Teatro Romano, sí en el Off. Además, la coproducción extremeña era un reto, ya que constantemente tienen que demostrar las compañías extremeñas que deben tener un hueco en el Festival de Mérida. Un debate cansino, a veces hasta cateto, pero que no deja de ser un examen año tras año.
La versión de Juan Copete es quizás, algo extensa. Exprimiendo al máximo, casi al límite, la vis cómica de sus protagonistas, se hace largo la asamblea de mujeres contra Eurípides. Pero hay un actor que resuelve con mucho acierto la extensión de ese momento. Es Pablo Viña que está muy bien en su papel de suegro de Eurípides. Marcando el ritmo de la trama y ofreciendo el contrapunto cómico a la locura de mujeres.
En ocasiones los gags parecen sacados de los mejores shows de Martes y 13, rozando el humor absurdo que convence y funciona en el Teatro. En un montaje extremadamente sencillo. Esteve Ferrer, su director, ha querido que el Teatro Romano también sea protagonista. Y se ve limpio.
‘Las Tesmoforias’ es una comedia para todos los públicos. Pero hay una escena del montaje que es digno de análisis y que se aparta de la risa del montaje para mostrarnos la lucha de egos entre los autores clásicos. Totalmente recomendable el cara a cara entre Aristófanes y Eurípides donde se auto diseccionan. Muy pedagógico para entender la redacción de los clásicos que año tras año vemos en el Teatro.
Con el mejor estreno que llevamos hasta la fecha, más de 2.000 espectadores, entre ellos familia y amigos de los actores. Las Tesmoforias tiene casi todo para hacer pasar un buen rato en el monumento estrella de Extremadura. Buen elenco, buenos golpes de humor y una historia que ayuda a comprender los clásicos.
Además, predispone al público del Festival a acabar esta edición riendo. Ya que el próximo montaje, LOS GEMELOS, también promete locuras y risas. Por lo que la 59 edición acaba de la mejor manera posible: haciéndonos olvidar el duro momento por el que pasamos gracias a dos horas de risas.