El ‘molt honorable’ y familia han resultado tener el honor de los Prizzi. Emborrachados de poder absoluto acabaron por confundir la patria con su patrimonio.
Al final, era cierto que robaban a los catalanes, pero el ladrón no era su padrastro sino su patriarca. Todo apunta a que don Jordi Pujol y familia señalaban como culpable al Estado español con una mano, mientras que metían la otra en la caja. El que parte y reparte se queda con la mejor parte. Y, al parecer, don Jordi y familia, carnal y política, exigían el pago del ‘pizzo’ a quienes daban parte del pastel. Un secreto a voces que convirtió en clamor el hoy desmemoriado y desnortado don Pasqual Maragall cuando puso en duda la honorabilidad de don Jordi y familia el 24 de febrero de 2005, 14 meses después de desbancarle como capo de Cataluña, al espetarle: «Su problema se llama 3%», en alusión a que, durante los 23 años de gobierno de don Jordi, su clan presuntamente cobraba de forma continuada comisiones ilegales del 3% por la adjudicación de obras públicas.
Pero, claro, entonces no era conveniente lanzar públicamente tamañas acusaciones contra don Jordi y familia pues estaba en juego la aprobación del nuevo Estatuto catalán con la aquiescencia de Zapatero. Así que don Pasquall acabó retractándose porque CiU amenazó con romper la baraja y no apoyar el ‘Estatut’. «Lo hago por una sola razón, que interesa mucho al país, y es que Cataluña tiene de ahora en adelante cosas muy importantes que hacer. Y espero de usted y de su grupo que estén en condiciones de cumplir su parte de obligación en los meses que vendrán, en los que se jugará el ‘Estatut’ de Cataluña, la Constitución Española y, en buena medida, nuestro futuro», se justificó don Pasqual ante Artur Mas, el heredero e hijo político de don Jordi, del que fue ‘consigliere’ antes de sucederle como padrino. Y vaya que fue así, pues el tal ‘Estatut’ fue el huevo de la serpiente de la deriva soberanista que ahora amenaza con romper las Españas.
No obstante, el Estado español no será culpable de obra pero sospecho que sí de omisión, porque se me hace imposible que tanta mierda se haya mantenido oculta sin que, como poco, oliera. Me da en la nariz que tanto los gobiernos de Felipe González, como los de Aznar y Zapatero hicieron la vista gorda y vendieron su silencio a don Jordi a cambio de su apoyo en las Cortes y de que embridara el nacionalismo catalán. París bien vale una misa y la Moncloa hablar catalán en la intimidad. Y me da que Rajoy ha roto la ‘omertà’ y ha dejado que tiren de la manta ante el órdago independentista de don Artur. Bah, tampoco hagan mucho caso a las especulaciones de este ‘conspiranoico’.
En fin, los Pujol, los Baltar de Orense, los Fabra de Castellón… son especímenes del neocaciquismo que, cual ébola, ha sangrado el país durante esta tercera restauración borbónica y ha infectado nuestra frágil democracia, que ya huele a muerto. Los matasanos que velan por su salud no han dado aún con la vacuna que la proteja de este mal. Quizás no les interesa, porque se les acabaría el chollo; nadie osa morder la mano que le da de comer. Mas dicho mal trasciende nuestras fronteras. Por eso, urge que se decrete la emergencia internacional para atajar esta pandemia. No habrá cura ni vacuna contra tan letales virus mientras encuentren refugio en islas del tesoro y otros paraísos fiscales y no se les obligue a repatriar lo que nos han robado. ¡Cuán largo me lo fiais, amigo Sancho, entre buyes no hay cornadas!
(Publicado en el diario HOY el 10/8/2014)