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La era de ‘Aquarius’

GRAF1744. VALENCIA, 17/06/2018.- El barco Aquarius, en el que viajan 106 inmigrantes, a su llegada al puerto de Valencia, donde estaba previsto que atracara sobre las nueve de la mañana después de ocho días de travesía en alta mar, aunque lo hace con retraso porque el desembarco del buque que le ha precedido se ha ralentizado. El barco humanitario Open Arms acompaña al Aquarius (en el que hay 51 mujeres, 45 hombres y diez menores) en su entrada al puerto, donde poco antes de las siete de la mañana ha atracado ya el Datillo, con 274 migrantes de bordo, y al que seguirá finalmente el tercer buque de la flotilla, el Orione, con 250 personas. EFE/Manuel Bruque/

Europa ha entrado en una nueva era, la era de ‘Aquarius’, si bien nada tiene que ver con la ‘new age’ de paz y amor universales augurada por teósofos jipis. Todo lo contrario, se presenta turbulenta, pues la Unión Europea afronta su mayor reto: la creciente presión migratoria, que está sirviendo de coartada a populistas y ultranacionalistas para poner en jaque la construcción comunitaria. Como símbolo de esta nueva era ha emergido el ‘Aquarius’, el barco que ha rescatado de morir ahogados frente a las costas de Libia a 629 inmigrantes que España se ha ofrecido a acoger tras ser rechazados por Italia y Malta.

El caso del ‘Aquarius’ ha vuelto a dar visibilidad a un problema al que la UE ha respondido, hasta el momento, de manera harto deficiente. El gesto del Gobierno de Pedro Sánchez es una lección de solidaridad y humanidad que toda persona de bien ha aplaudido, salvo el sector más recalcitrante del PP. Pero Sánchez no puede quedarse ahí y así parece haberlo entendido. El ministro de Exteriores, Josep Borrell, ha recalcado que el ofrecimiento español es simbólico y espera que contribuya a poner de manifiesto que «Europa tiene una frontera común y la migración es un problema común», por lo que «necesitamos encontrar una manera consensuada de aceptar solicitantes de asilo». Borrell ha avisado que Schengen, el tratado europeo que permite el libre tránsito de personas, puede colapsar a menos que se ayude a los países más afectados por la migración, como Grecia e Italia. Hasta ahora, la UE se ha mostrado más desunida y cínica que nunca en este asunto: cada socio ha hecho la guerra por su cuenta, ha escurrido el bulto o ha levantado nuevos muros.

Todo ello ha abonado el camino a los Salvini, Le Pen, Wilders u Orbán y ha alimentado el leviatán nacional-populista en medio Viejo Continente, que es víctima de una doble presión: la migratoria y la identitaria. Ambas van de la mano. El crecimiento de la segunda es proporcional al incremento de la primera. Es lo que el economista Branko Milanovic llama «la maldición de los ricos»: el hecho de que la UE sea tan próspera y pacífica hace que sea un destino excelente para los migrantes de regiones asoladas por los cuatro jinetes del Apocalipsis como Oriente Medio o África. La brecha de renta entre unos y otros no solo es enorme sino que va abriéndose más y más. Por tanto, esta desigualdad regional es el verdadero efecto llamada.

Mas al mismo tiempo está aumentando la desigualdad de renta y riqueza en el seno de los propios países europeos. Es lo que Milanovic denomina «la segunda maldición de los ricos». Esa desigualdad interna es esgrimida por ultras y populistas, como los que gobiernan ahora en Italia, para defender que hay que cerrar las fronteras y expulsar a los extranjeros porque no hay dinero para todos y la prioridad debe ser atender a los nacionales. Esa derecha radical añade otro argumento falaz que también comparte la derecha más moderada: «Necesitamos controlar la inmigración para proteger los valores que son importantes para una sociedad democrática liberal moderna». Esos valores, como explica el filósofo liberal malayo Chandran Kukathas, son la libertad y la igualdad, «porque sin algún tipo de igualdad, la libertad es solo un privilegio». No obstante, Kukathas advierte: «El control de la inmigración es el peligro para la libertad. No es la inmigración la preocupación, es el control», porque «no puedes controlar a los de afuera sin controlar a los de adentro».

(Publicado en el diario HOY el 17 de junio de 2018)

blog personal del periodista Antonio Chacón Felipe

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