Extremadura ha sido siempre una tierra predominantemente rural, donde las creencias ancestrales, los conjuros y las bestias mitológicas se entremezclan con los antiguos dioses y las moras encantadas. ¿Por que, entonces, no recuperar lo que tan bien hemos sabido conservar durante siglos?
Los tesoros del Púlpito de los Lobos, en Villasbuenas de Gata, los brujos de Villagarcía de la Torre o los “encantos” de Ahigal forman parte de nuestra memoria, esa que aún conservan nuestros mayores y que podrían perderse para siempre si no la conservamos.
Extremadura es, además crisol de culturas y tierra fronteriza. El hombre prehistórico ya campaba bajo las encinas de estas tierras cuando las vetas de oro puro se ocultaban del sol en el vientre del campo. Celtas y hebreos, musulmanes y castellanos, romanos y visigodos respiraron este aire y anduvieron ya por estos senderos nuestros.
En ‘Extremadura Secreta’ viajaremos en pos de esos tesoros que nuestros antepasados nos legaron. Guerras o expulsiones, desidias o encantamientos: cualquier motivo es válido para ocultar un tesoro que solo hallarán generaciones venideras.
Algunos de esos tesoros que aún conserva Extremadura están custodiados por tétricos fantasmas, como el de la Torre de las Siete Ventanas de Badajoz, otros por hermosas moras encantadas, como el de Segura de León, y algunos por serpientes, bichos y dragones. Unos solo esperan en silencio su hallazgo fortuito, otros se muestran en sueños o en leyendas, y la mayoría permanecen enterrados en la memoria ancestral de nuestros ancianos.
Los mitos extremeños, como sus tesoros, están ocultos en campos de encinas o en villas romanas al borde de los ríos. Los hay ocultos en interminables galerías escondidas debajo de castillos derruidos, en antiguas mezquitas islámicas y en templos cristianos. Esperan en torres viejas, en montañas milenarias y debajo de rocas con inscripciones misteriosas. Están enterrados en las fuentes de las ciudades y en los huertos de los pueblos; en las catacumbas de antaño e, incluso, en los edificios de hoy.
Bienvenidos a una Extremadura que quizás no conozcan. Intentaremos juntos abrir algunas puertas que permanecen cerradas, recordar a nuestros antiguos dioses y revivir algunos viejos mitos, porque cada pueblo extremeño esconde una leyenda y porque solo muere aquello que se olvida.