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Israel J. Espino

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Soñar con moros y encontrar oros

Ilustración: Borja González Hoyos/

 A veces los tesoros se aparecen a quien quieren, y otras veces recorren extraños caminos para ser descubiertos. A veces hacen llegar un mapa al futuro descubridor, y otras veces le provocan sueños que se deben seguir a pies juntillas.

 Los moros, mítica raza y eternos guardianes de los tesoros extremeños, también se manifiestan en sueños. La búsqueda onírica comienza así mucho antes que la búsqueda real.

 Es lo que sucedió a principios de siglo, en Orellana la Vieja, a un paisano que comenzó  a soñar con cierto moro que conoció en Melilla. El moro le había preguntado por su lugar de origen, y al responder el buen hombre que de Orellana la Vieja, el moro le miró muy triste y dijo como lamentándose:

 

“¡Ay! ¡Orellana, Orellana! ¡Qué valiosos tesoros se esconden en tu Sierra!”

 

El  moro se le volvió a aparecer en sueños y esta vez fue mucho más concreto, pues le dijo que en el Risco La Mona, antes de bajar al caño, hubo hace mucho tiempo un santuario donde todavía hay una peña muy alta en forma de altar. Tiene tres varas de largo por dos de ancho y al lado norte crecen unas madroñeras muy altas y al lado del poniente una chaparrera muy grande. Allí, cavando a tres cuarto del arado, desde el tronco, había un gran tesoro.

Su amigo Julián decidió ir en busca del tesoro... (Foto: Jimber)

Su amigo Julián decidió ir en busca del tesoro… (Foto: Jimber)

 El paisano contó su sueño a los amigos en el casino, y uno de ellos, llamado Julián, no pudo pegar ojo en toda la noche pensando en el tesoro. Finalmente decidió ir a buscarlo. Lo que ocurrió dejaremos que nos lo cuente Victor Sanz Gallardo, en sus  Historias y Leyendas de Orellana:

 

Oíanse pocos ruidos debido a lo temprano del día, sólo algunos producidos por el machacón ladrido de un perro. Allá en la lejanía de las huertas del caño, cavaba con ardor. Unos azadonazos hicieron saltar la hoja de un cuchillo árabe de época incierta; siguió cavando y surgieron dos o tres monedas de oro. Se puso ahora a trabajar con más ilusión y diligencia que antes y en un corto intervalo tenía desenterradas dos vasijas de barro cocido. Tuvo que sentarse en la base del gran peñasco pues el corazón le latía con tanta fuerza como si quisiera salir de su pecho. Un momento después, más tranquilo, destapó una de las ollas, quedándose pasmado de asombro como si una serpiente le hubiera hipnotizado.

 No dando crédito a sus ojos, vació el contenido de las ollas en la peña donde antes estuviera sentado. El sol ya más alto, dejaba pasar sus rayos acariciadores por entre las ramas del chaparro, dando de lleno en los objetos allí desparramados. Luces de Colores destellaban del amarillo metálico del oro, como los mismos rayos de sol que ellos se reflejaban, blancos azulados de la plata que a semejanza de la escarcha circundante, se convertían en blanco purísimo, monedas de oro y plata, anillos, pulseras, colgantes y magníficos torques de oro y plata que un día llevarían puestos en sus cuellos nuestros antepasados de las tribus celtas. Loco de contento, recogió todo, lo guardó en las alforjas y tomó camino de regreso al pueblo.

 De todo esto o, mejor dicho, de todo lo encontrado, se supo más bien poco; lo que sí se sabe es que la familia esta prosperó mucho, hasta convertirse en una de los más opulentos labradores de Orellana.

 

Afirma Sanz Gallardo que esta historia puede ser cierta, pues Almagro Gorbea en su obra “El Bronce final en Extremadura“, alude a un torque de oro macizo encontrado en Orellana la Vieja, que por desgracia podemos considerar perdido. No están perdidos, sin embargo, el torque y el brazalete de plata encontrados y que actualmente se exhiben en el Museo Arqueológico de Badajoz,  fechados en más de tres siglos antes de Cristo.

Torque de plata perteneciente al tesoro de Orellana (A. Briz)

Torque de plata perteneciente al tesoro de Orellana (A. Briz)

 Y más recientemente, en enero de 1995,  aparecieron en Orellana la Vieja siete piezas de plata con motivos grabados y dos estatuillas también de plata, una en forma de diosa orante y la otra con forma de carnero. Lo que viene a corroborar el triste lamento del moro:

 

 ¡Ay!, ¡Orellana, Orellana, qué fabulosos tesoros se esconden en tu sierra!

 

Otros siguen buscando esos fabulosos tesoros, con más o menos suerte, como el “cazatesoros” que este verano fue denunciado por utilizar un detector de metales para la búsqueda de objetos arqueológicos en el yacimiento ‘Monte de la Barca’ cerca de Orellana la Vieja.

 También en otros lugares de Extremadura se alían los tesoros, los moros y los sueños. En Monroy se encuentran las “Cercas del Moro”, situadas a unos 2 Km. del pueblo, en el camino de Jaraicejo.

 

Si el que sueña con moros sueña un tesoro, al que sueña con un moro soñando el tesoro le viene rodando. (Foto: Jimber)

Si el que sueña con moros sueña un tesoro, al que sueña con un moro soñando el tesoro le viene rodando. (Foto: Jimber)

 

 Los vecinos de Monroy, como los del resto de Extremadura, asociaban las ruinas antiguas con construcciones de época musulmana, de ahí la denominación de “El Moro” que se aplica al arroyo en cuyas inmediaciones se encuentran estos cercados del mismo nombre. Al parecer se trata realmente  de un asentamiento rural romano del Bajo Imperio, aunque no es descartable un origen más antiguo, considerando la proximidad de los Villares de Parapuños, de origen prerromano, donde se descubrieron unos torques de oro. Los más viejos del lugar contaban que si alguien soñaba tres noches seguidas con el tesoro que había en las Cercas del Moro, detectaría el lugar exacto donde localizarlo.

 Moros y sueños también andan de la mano en Las Hurdes, porque si es cierto lo que cuenta Félix Barroso, en el “Lombu del moru”, dentro del “rozu” (espacio destinado a la siembra de cereales), se encontró cierto paisano de Aceitunilla mucho oro y plata después de soñar tres veces seguidas con ese determinado lugar.

 Y es que hay algunos que tienen la suerte de tenerlo todo: el oro y el moro. A los demás, sólo nos quedan los sueños.

 

 

 

Leyendas y creencias de una tierra mágica

Sobre el autor

Periodista especializada en antropología. Entre dioses y monstruos www.lavueltaalmundoen80mitos.com www.extremadurasecreta.com


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