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Fernando Valbuena

La Cuchara de San Andrés

PIZZA MARGARITA

Normalmente les cuento verdades. Historias, historietas, de cuchara entera y media verdad. Pero hoy toca una más falsa que la falsa moneda. Se la cuento porque en más de una ocasión la oirán y además, contándola ustedes, se entretienen mientras esperan que les sirvan su pizza margarita.

Se dice, se ha dicho mil y una veces, que la tal pizza margarita se creó en honor de la reina Margarita Teresa de Saboya, reina de Italia por su matrimonio con Humberto I. Cuenta la leyenda que estando en su palacio napolitano de Capodimonte, aquel que levantara nuestro Carlos III, quiso conocer las ya por entonces famosas pizzas. O sole mio, humilde condumio del arrabal napolitano que por un día la alejaría de las muy aburridas y muy francesas delicias que se cocinaban en palacio.

Verano de 1889, Rafaelle Expósito regenta una popular pizzería que antes había sido de su suegro, Pizzería Brandi. Raffaelle, es panadero y, a lo que a nosotros interesa, pizzaiolo. Claro que en esta historia tiene papel principal su esposa, la signora Rosa Brandi, una de las mejores manos para la pizza según sus convecinos. Sea como fuere, Rafael o Rosa, Rosa o Rafael, el caso es que il signore Raffaele se presentó en palacio con tres pizzas distintas. De entre ellas la que gustó a la reina fue una elaborada con solo tomate, albahaca y mozzarella, los tres colores, hábilmente resaltados, de la bandera de Italia. Tanto le gustó a la reina el detalle, y la ausencia del ajo grosero que dominaba las mesas sureñas, tanto la alabó, que Rafael quiso darle el nombre de margarita a su creación.

Falso, falso al menos que fuera de su creación. Falso también que fuera él quien agregó el queso a la pizza. Hay referencias a ese tipo de pizza desde mucho antes. Ya en 1830 en “Napoli, contorni e dintorni”, Ricio habla de una pizza de tomate, mozzarella y albahaca. Y en 1866, otro autor, Francesco De Boucard, en “Usi e costumi di Napoli” , sin llamarla margarita, la receta.

Lo cierto es que el asunto tiene un trasfondo político. Cercenadas las libertades del reino de Nápoles por Garibaldi en 1861, aún alentaba en aquellos días el patriotismo napolitano. Pero para los unionistas la historia era conveniente a sus intereses, porque ponía de manifiesto dos cosas, primero, que los reyes se avenían a conocer y aceptar las costumbres napolitanas y, segundo, que los napolitanos se honraban en la bandera tricolor. Sea como fuere,… grazzie mille, signora Rosa.

 

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Sobre el autor

"Todo comienza con un chorreón de aceite al que se añaden unos ajitos. Sempiternas primeras palabras de los recetarios ibéricos, génesis indubitada del arte culinario nacional. Quiso Dios poner en cada cocina un clavo para que de él colgaran las ristras de ajos. Ristras soberanas de las viejas, de las muy nobles y muy invictas cocinas españolas. Alma y fundamento de asados, fritangas y guisotes. ¿Qué sería de España sin sus ajos? ¡Soberbios fogones patrios! ¡Alabados seáis!"


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