“Hay que atreverse a ser libres, y para eso tenemos que utilizar el logos: la razón”, afirma el autor
Hace ya casi tres milenios que el hombre occidental (en Oriente, desde antes) busca respuestas lógicas, basadas en la razón, a las grandes cuestiones que sacuden su entendimiento, deseoso de explicarse cuanto le rodea y establecer unas pautas individuales y colectivas de conducta. El producto de ese trabajo viene conociéndose como ” Filosofía” y a su cultivo se dieron muchas de las mentes más lúcidas de cada época, que a la vez desarrollaron los saberes más sólidas de nuestra cultura, con especial predilección por la Matemática y la Física. Orillada por ciencias a las que ella misma dio origen, la Filosofía fue abandonando a favor de los estudios positivos parcelas clásicas , a la vez que nuevos problemas, inabordables empíricamente por el momento, seguían inquietando la mente humana y prolongaban el discurso filosófico.
Es sin duda el campo de la Ética, junto con el del propio lenguaje, donde más se ejercitan los pensadores contemporáneos que se atreven a trascender los “límites” y se arriesgan a plantear cuestiones intelectuales no resueltas en el laboratorio. Juan Pedro Viñuela ( n. Villafranca de los Barros, 1963) no sólo es profesor de Filosofía, sino que, según el ejemplo de Kant, suele dedicarse a ese difícil ejercicio de proyectar luz, raciocinio, coherencia lógica sobre asuntos de cuya correcta resolución pende en buena medida el provenir de nuestra sociedad. Y lo hace con varias notas que distinguen todos sus escritos, bien perceptibles ya en obras como “Fin de milenio y otros ensayos” “Filosofía desde la trinchera” e igualmente características de la que aquí se reseña : Actualidad de los asuntos desarrollados; abundante información en torno a los mismos, con manejo de las fuentes bibliográficas más sólidas; claridad y rigor expositivos y, muy especialmente, una actitud tan comprometida que a menudo se sitúa bastante más allá de lo ” políticamente correcto”. Viñuela, como Quevedo sugería, piensa lo que dice y dice cuanto piensa, con toda honestidad, sin ánimo de ofender, aunque no ignore las posibles ampollas ante las tesis por él defendidas. Los detentadores del Poder (escribámoslo con mayúsculas, para abarcar todos sus campos) serán los principales receptores de las críticas del filósofo que, por otra parte, nunca pierde la mesura en el decir.
“Una mirada ética sobre el progreso y la tecnociencia” es obra constituida por materiales de diferente procedencia : artículos periodísticos, reseñas bibliográficas, epístolas, apuntes de estudio, réplicas , algún proyecto de tesis doctoral y varios ensayos, entre los que sobresale el titulado “La globalización y los límites del Planeta”, sin duda el nervio central del libro. Otro final, ” Ciencia y religión. Implicaciones ético-políticas”, es la defensa acendrada del Materialismo emergentista, que Viñuelas propone para responder al voluntarismo de los creyentes.
Son bastantes los escritores contemporáneos con los que el autor dialoga en estas páginas. Ninguno, sin embargo, le merece más respeto que el gran Popper, cuyas refutaciones del determinismo histórico y su interpretación de la física cuántica suponen un rechazo absoluto de todos los totalitarismos (sin excluir los supuestamente de izquierda), así como de la visión pragmática, utilitarista, de la ciencia, que subyace al modelo económico neoliberal. Contra la cosmovisión apesebrada y única, el filósofo propone la pluralidad de ideas : ” Hay que atreverse a ser libres y para eso tenemos que utilizar el logos : la razón. Y ésta se expresa en el diálogo. Y éste exige la disidencia. Tenemos que poder disentir, porque el pensamiento único es la muerte del pensamiento y la puerta abierta a todas las formas de totalitarismos”
Título: Una mirada ética sobre el progreso y la tecnociencia.
Autor: Juan Pedro Viñuela Rodríguez
Editorial: Autoedición. Villafranca de los Barros, 2008.