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Manuel Pecellín

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La esencia de Pureza Canelo

La autora comenta sus versos en ‘Poética y poesía’

Pureza Canelo (Moraleja, Cáceres, 1946), justamente premiada este año con la Medalla a Extremadura, cuenta en su haber con una valiosa producción lírica, a pesar del silencio (no absoluto) que decidió imponerse hace más de una década. Lo rompería al publicar ‘No escribir’ (1999), de tan revelador título, y repitió este mismo año merced a ‘Dulce nadie’ (Hiperión), que ella misma enjuiciaba así : «Es un poema de soledad rotunda, donde se cruzan los tres vértices del triángulo de mis existencia: el desamor por tantas cosas, la ausencia materna y el egoísmo humano que nos invade. Tanta soledad me obliga a huir a un lugar recóndito e incalculable, para dejar a un lado lo ya reconocible y desde esa zona lunar se engarzan los nuevos poemas traspasados al modo de salmodia u oración. El verso se decanta, la palabra se adelgaza con rictus de despedida e invista insistentemente a desaparecer, sin opción de volver atrás, de ese lugar llamado mundo».

Las reflexiones de un autor sobre sus labores creativas, el personal discurso metapoético, no es forzosamente el único código hermenéutico válido, por causas diversas, pero sin duda ha de ser atendido de modo muy afinado. Es lo que persigue la Fundación Juan March cuando invita a determinados escritores para que lean y comenten sus versos en sesiones específicas, de las que saldrá después el libro correspondiente. Así ocurre con ‘Poética y Poesía’, obra de nuestra paisana, cuya edición corre a cargo de Antonio Gallego, músico y ensayista, que forma parte de la Real Academia de Extremadura. Él suscribe el estudio preliminar, donde repasa la producción de Pureza Canelo, desde su primer libro, ‘Celda verde’ (1971) . Destaca las similitudes que percibe con las grandes composiciones musicales, deteniéndose de modo especial en sus «poemas reversibles» (funcionan con el mismo aliento si se les lee de principio a fin, o de arriba abajo), a los que compara con el llamado «canon retrógrado» o «cancrizans» (del cangrejo), utilizado v.c. por J.S. Bach en su Ofrenda musical. Siguen las palabras de Pureza, cargadas de apuntes autobiográficos, en las que expone sus constantes estéticas, deteniéndose y analizando cada una de sus obras: la juvenil ‘Celda verde’; ‘Lugar común’, premio Adonais 1971; ‘El barco de agua’ (1974), considerado libro de transición hacia la madurez de ‘Habitable’ (1979) , ‘Tendido verso’ (1986) y ‘Pasión inédita’ (1990); los cuadernos ‘Espacio de emoción’ (1981) y ‘Vega de la paloma’ (1984), a partir de los cuales explosiona la crisis a la que más arriba aludíamos, interrumpida por aquellos últimos poemarios, también objetos aquí de consideración.

Continúa con una esmerada antología, seleccionada por la escritora, parte fundamental del volumen, al que cierra un minucioso apéndice bibliográfico. Se recogen todas sus publicaciones; los trabajos que sobre las mismas se han hecho , más las ediciones a otros idiomas (alemán, inglés, italiano, búlgaro). Nada mejor que leer cuanto nos dice la autora para percibir los tránsitos y el punto de llegada, claramente esperanzador, pese a la autoconciencia de los límites: «La escritura que pretenda explicar lo que ha sido una entrega poética de existencia, vaciada de una fe creadora, se perderá en su empeño o rumbo porque hará la afirmación desde la negación, o al revés, pues el barco se pierde en el mismo océano de la materia poética, inabarcable. Sólo desde el instinto de supervivencia hablo, como lo que se aniquila robado de sí mismo y luego una pobre hilera de nubes (dicen) son poemas. Si acaso una llama viniera a tu rostro, éste también se desprenderá de su faz y entrará en tumefacta iluminación para temblar con la explicación de lo que conoces, has probado, y no sabes ordenarlo. En este refugio me contemplo y desde él seguiré el trazado de aceptar todas las ignorancias juntas: una reflexión ante la poesía fuera del poema, es grado inferior al que no aspira el alma del poeta; una explicación que contenga los puntos cardinales es el suicidio de todo hacedor, despeñado a la nada de los encuentros descriptivos, con la rala hierba de la inteligencia y el campo umbrío. Voy a soportar la carga. Desde otra vez en la soledad de la rama, con extraños huecos de luz, entrego lo que no puedo».

El libro:

– Título: ‘Poética y poesía’
– Autor: Pureza Canelo
– Editorial: Fundación Juan March, 2008

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