Conformada en la Grecia clásica hace 2.500 años como el pensamiento que busca dar respuestas racionales a las grandes preguntas formuladas por el hombre, la Filosofía occidental se desarrolló de cien modos distintos, reiniciando una y otra vez los planteamientos originarios. Con ella no parece producirse esa “acumulatividad” que en Ciencia permite dar por definitivamente establecidos determinados conocimientos, a partir de los cuales se avanza rumbo a nuevas tesis de validez universal. Enunciadas a menudo en un lenguaje que tantas veces genera rechazo por su frecuente escolasticismo, vacuidad, carácter hermético o dogmático, ingravidez e infalsabilidad, las proposiciones filosóficas han ido perdiendo prestigio frente a las científicas e incluso literarias. “De lo que no se puede hablar, mejor es callarse”. Así concluye Wittgenstein I su célebre Tractatus, obra cumbre del último siglo, entendiendo por “hablar” formar enunciados empíricamente verificables. No es raro que en los tiempos últimos, tan marcados por el desarrollismo tecnócrata, entre las muertes anunciadas (la de dios, la historia, las ideologías, la libertad, el hombre mismo) se incluyera también el óbito de la Filosofía al modo tradicional. No obstante, los muertos como ella se obstinan en seguir demostrando buena salud y siempre parecen encontrar áreas donde expandirse, acomodándose a las nuevas inquietudes. Porque, según entendió el II Wittgenstein, justamente aquello que cae más allá de los “límites” físicos ( a saber, la estética, la política, la religión, la moral, en una palabra, la “meta-física”) , es donde nos jugamos nuestra suerte. De ahí la importancia de textos como el de esta Ética social para estudiantes en un mundo globalizado.
La ha escrito Modesto Rangel (Solana de los Barros, 1969), que conoce bien cómo van las cosas. Licenciado en Filosofía, se doctoró en Ciencias de la Educación con un estudio sobre Rubén Landa Vaz, un pedagogo extremeño de la Institución Libre de Enseñanza, exiliado a México, hijo del inolvidable krausista extremeño Rubén Landa Coronado, amigo que fue de Giner de los Ríos. Ha publicado también de la obra Las Nuevas tecnologías en la Formación del Profesorado de Infantil y Primaria. Es profesor de Magisterio y Trabajo Social en el Centro Universitario Santa de Almendralejo , a cuyos estudiantes dedica este hermoso y valiente libro. En efecto, la obra pretende a conseguir que los alumnos amen plantearse cuestiones sobre la conciencia, la libertad, el bien, el deber, la ecología, la bioética o el destino último de la especie humana. Siempre de forma amena, con rigor, de modo documentado y excluyendo cualquier tipo de concepción maniquea, dogmática, intolerante , xenófoba o partidista.
El trabajo se estructura en cinco bloques, aparte el preliminar y un apéndice con breves apuntes sobre las principales teorías éticas que en la historia del pensamiento se han dado, desde la antigüedad hasta hoy (concluye con Habermas y John Rawls). Tras una aproximación semántica, se pasa a definir las categorías morales básicas (persona, libertad, polis, conciencia, etc.), según sus acepciones más difundidas, haciéndose hincapié en los problemas actuales de mayor relevancia (integrismo religioso, guerras civiles, destrucciones medioambientales, sida, pobreza, prostitución infantil, etc.). El ensayista no oculta sus ideas contra tales lacras, ni cómo se las puede combatir. El apartado III aborda con el mismo espíritu el debate sobre los asuntos de bioética más candentes: manipulaciones del embrión humano, aborto, eutanasia, etc., mientras en el IV se abordan los de índole sociológica : derechos humanos (se reproducen los 30 artículos de la declaración de la ONU 1948), separación de poderes, objeción de conciencia, las relaciones laborales ( muy bueno el código que para el trabajo se propone), medios de comunicación, publicidad y marketing, violencia, etc. El capítulo último insta a tomar iniciativas que busquen la salvación de nuestro nicho ecológico, tan amenazado por factores múltiples: contaminaciones del aire y el agua, desertización progresiva, agujero en a capa de ozono…, demandándose una buena educación medioambiental, la búsqueda de energías renovables y el auge de partidos políticos ecologistas. En resumen, el libro constituye una llamada sincera, sin aspavientos ni fundamentalismos, pero lúcida y exigente, al compromiso con los hombres y la tierra.
EL LIBRO:
Título: Ética social para estudiantes en un mundo globalizado
Autor: Modesto Miguel Rangel Mayoral
Editorial: @becedario, Badajoz 2010.