Eduardo Lourenço (Guarda, 1923) es uno de los intelectuales portugueses más reconocidos. Profesor universitario, ha ejercido la docencia en las Universidades de Coimbra, Hamburgo, Heidelberg, Bahia, Grenoble y Niza. Cuenta con premios tan relevantes como el Europeo de ensayo Charles Veillon, el Camôens o el Vergilio Ferreira. También Extremadura le concedió el año 2006 el de Creación como escritor iberoamericano de más éxito. Tema predilecto de análisis para él son las relaciones entre España y Portugal y los países del Nuevo Continente, tratando de establecer en qué consisten las identidades de cada uno de ellos. Defensor de las tesis más avanzadas , no oculta sus prevenciones ante las interpretaciones tradicionales del descubrimiento, conquista y colonización de América, fenómenos para Lourenço “desgraciados”, frente a los que se muestra muy crítico.
Se percibe ya en el título de este volumen, “ La muerte de Colón. Metamorfosis y fin de Occidente como mito”, obra que recoge quince ensayos suyos más o menos relacionados con el tema y compuestos en épocas bien distintas. Si algunos son de reciente creación, los hay incluso de los años sesenta, como el más extenso de todos, “La política de Aristóteles y la cuestión de la inferioridad humana de los indios del Nuevo Mundo”. Precisamente aquí es donde se ocupa de la polémica sostenida (1554) por Bartolomé de Las Casas contra Ginés de Sepúlveda, situado el primero en una perspectiva antropológica (las capacidades sociales, artísticas, políticas, éticas e incluso religiosas de los “indios” no son en modo alguno inferiores a las de los europeos ), mientras el segundo se adscribe a la enseñanza aristotélica, mejor o peor interpretada, de la “servidumbre natural” de determinados pueblos (los precolombinos, lógicamente). El ensayista portugués rastrea lúcidamente las pistas de los defensores en la famosa “Querella Indígena”, retrotrayéndose hasta el tremendo sermón de fray Montesinos en el adviento de 1511, censurando la conducta de los conquistadores de la Española, presidido por Diego Colón (…Esta voz dice que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertos y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos de sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a su Dios y Criador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y los domingos? Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentís? ¿Cómo estáis en tan profundidad, de sueño tan letárgico, dormidos? Tened por cierto, que en el estado en que estáis, no os podéis más salvar, que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo).
Poco caso se le hizo al buen fraile, al tremendo Las Casas, a los más bien descafeinados Vitoria y teólogos salmantinos, ni a las Leyes de Indias propugnadas por los Reyes españoles para proteger a sus súbditos de ultramar. Hasta qué punto fue distinto en Brasil y cuáles son las especificidades de esta nación frente a su metrópolis es otro de los puntos reiteradamente abordados por el ensayista, que también dedica lúcidas páginas a considerar el peso de la Compañía de Jesús, tan presente pronto junto a los colonizadores, en el país vecino hasta su expulsión por órdenes de Pombal.
La traducción al castellano adolece de algunos giros impropios de nuestra lengua, así como de ciertos errores, por ejemplo la obstinada versión de “dominicano” en lugar de “dominico”.
EL LIBRO:
Título: La muerte de Colón. Metamorfosis y fin de Occidente como mito.
Autor: Eduardo Lourenço
Editorial: ERE. Mérida, 2010