Las Américas insurgentes es el tercer volumen que en la colección “Pensamiento Americano” acaba de publica el Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica . La dirige José Luis Gurría, catedrático de la UEX, que está también al frente de aquel organismo. La idea declarada del CEXECI es contribuir a la consolidación y desarrollo de la Comunidad Iberoamericana, con un espíritu que abandona las visiones tradicionales para establecer un diálogo horizontal, de tú a tú, y construir una Iberoamérica entre países iguales, donde los criterios tutelares sean reemplazados por los de fraternidad, asociación y solidaridad; donde la noción misma de comunidad represente una meta y un futuro válido para todos. Seguro que el autor de la obra suscribe con entusiasmo estos principios. Enrique Barón (Madrid, 1944), doctor en Derecho y Economía, tiene una larga carrera : abogado de derechos humanos durante la dictadura, diputado constituyente, ministro del gobierno de España que negoció la entrada en la Comunidad Europea, diputado y presidente (1989-1992) del Parlamento Europeo, catedrático Jean Monet en la Universidad Castilla La Mancha, presiente de la fundación Yehudi Menuhin y vicepresidente de la Juna de la Cosa, cuenta en su haber con numerosas publicaciones.
Con ésta, que ha querido subtitular “ Independencia-integración”, propone un recorrido histórico, sociológico, económico y político sobre las circunstancias donde se forjó el espíritu insurgente de las antiguas provincias españolas de ultramar, analizando también los factores actuales aptos para establecer bases de eficacia y equidad entre los nuevos países americanos y la antigua metrópoli. Comprender el pasado e impulsar el presente es el objetivo de la obra, según resalta su prologuista, Enrique V. Iglesias. Que el texto se abra con el poema de Neruda “ América Insurrecta” es toda una declaración de intenciones.
Convencido de que para entender el proceso independentista conviene conocer cómo se produjo el descubrimiento, conquista y colonización del “ Nuevo Mundo”, Barón le ha dedicado los dos capítulos iniciales, esforzándose por mantener la equidistancia entre los hagiógrafos y críticos de tan magna empresa, procurando siempre entender los condicionantes históricos, aunque con continuas alusiones a la época contemporánea. Desde luego, no oculta los capítulos más trágicos, que voces como Antonio de Montesinos, Bartolomé de las Casas, Bernardino de Sahagún o el extremeño Pedro de Rentería (no mencionado aquí) ya denunciaran en su época. Especial atención se presta a los fenómenos del mestizaje, la estratificación demográfica, las prácticas corruptas, la esclavitud, el monopolio comercial, el enorme poder de la Iglesia , el funcionamiento de una economía de los metales preciosos fácticamente “globalizada” y tempranero auge de los ideales ilustrados. Los criollos (los descendientes nacidos en las Indias de los españoles peninsulares), que se sentían discriminados, serán los protagonistas de la emancipación, ya a comienzos del XIX – se pueden encontrar antecedentes numerosos- aprovechándose de unas circunstancias políticas favorecedoras. Para entonces, se había formado ya una honda conciencia hispanoamericana en los distintos pueblos, que combatirán por independizarse. Vizcardo, Tupac Amaru II, Toussaint, Miranda, Bolívar, San Martín O´ Higgins, Santa Cruz, Sucre, Hidalgo, Morelos , Martí y tantos otros (muchos ligados a la Masonería) irán dando cuerpo a la rebelión, hasta el triunfo, aunque las cosas no salieron como los mejores las habían soñado. En España no encontrarían interlocutores políticos válidos (el Conde de Aranda y aún las Cortes de Cádiz sí podrían haberlo sido), por lo que la ruptura se consumó de la peor manera . Fernando VII hará del todo imposible constituir entre España y sus antiguas colonias cualquier tipo de Comunidad de Naciones. (Precisamente la “máscara de Fernando VII” será la ficción más utilizada por los independentistas). Sobre la trayectoria de los mismos, revolucionaria también y muy compleja, se da en el libro ágil y documentada información. Y no se oculta que muchos de sus dirigentes abrirían después las sendas del cesarismo o caudillaje por donde iban a discurrir los nuevos países (otro tanto ocurría en la Europa coetánea), si bien no iban a faltar modelos de auténtica democracia.
Tras la historia, en le capítulo último y más innovador del libro, el ensayista hace sus propuestas . Aprovechando la inminencia del bicentenario de aquellas insurrecciones, sería oportuno encontrar las fórmulas para hacer balance del activo común que, pese a todo, nunca se perdió y, superadas los viejos agravios, conseguir que la herencia compartida facilite enfrentar positiva e igualitariamente los enormes desafíos globales como el climático, el energético, el financiero o el migratorio. Juntos, podemos.
LIBRO:
Autor: Enrique Barón Crespo
Título: Las Américas insurgentes
Editorial:CEXECI, 2010, Cáceres