Volumen colectivo, coordinado por el catedrático extremeño Luis de Llera y la profesora italiana Cristina Assumma (autores además de los dos trabajos más extensos”) , comprende una decena de estudios que tratan de exponer el alcance del modernismo religioso y literario en España e Hispanoamérica (ésta menos estudiada). No cabe sino agradecer la atención prestada a un periodo importante de nuestra historia por tan entusiastas hispanistas. Una mejor cuidada corrección de estilo habría evitado los numerosos italianismos en que prácticamente todos los autores incurren, incluso los de origen hispano, tal vez por su larga estancia en la península de la bota. También habría podido obviarse que cada uno haga su propia introducción al tema general, el Modernismo, lo que produce demasiadas repeticiones.
El primer trabajo, suscrito por Llera, ocupa casi un tercio de la obra. El autor analiza lo que supuso el movimiento modernista en el ámbito religioso y las condenas que recibió de los papas, especialmente por parte de Pio X en la encíclica Pascendi Dominici Gregis. A continuación, repasa la otra faceta del Modernismo, la literaria, deteniéndose en sus manifestaciones españolas y los autores que más lo cultivaron. Unamuno en los ámbitos de la fe y Juan Ramón Jiménez en el de la poesía, son sus máximos representantes y los autores aquí más y mejor estudiados.
Tras los apuntes, un tanto confusos, de Cristóbal Robles Muñoz, que se plantea si realmente hubo Modernismo en España (algo que tras la entrega anterior parecía ya resuelto), José L. Lemos Montaner recoge un conjunto de notas biobibliográficas del pensador gallego Amor Ruibal, cuyas principales tesis filosóficas y teológicas apenas logra insinuar.. Mucho más razonada nos parece la investigación de Alessia Cassani sobre Unamuno y las relaciones del Rector salmantino con Italia. Apoyándose en documentos poco o nada conocidos hasta ahora, pone de manifiesto las simpatías de D. Miguel hacia los milaneses de “Il Rinnovamento”, con los que se carteaba, aunque Unamuno mantuviera siempre su radical independencia. Giovanna Scocozza se ha ocupado del novelista cuya estética tal vez más difería de los modernistas, Pío Baroja, deteniéndose en El cura de Monleón, novela cuyo protagonista parece bien distinto de los clérigos coetáneos . (Aunque tal vez le habría dado más juego a la autora el Nazarín de Galdós). Cristina Assumma se ocupa de Manuel Machado, partiendo de un oximoron inicial: el poeta andaluz habría desarrollado un modernismo “tradicionista”. Apoyándola con un conjunto de notas realmente abrumador (y de no fácil lectura por la mínima letra adoptada), la investigadora argumenta su intuición exponiendo las numerosas contradicciones, temáticas y formales, en que incurriera el hermano de D. Antonio.
Finalmente, a Valeska Tronco corresponde el estudio de lo que ella llama “La Modernidad”, tanto religiosa como literaria, en Hispanoamérica durante los albores del siglo XX. Repaso que concluye Marjorie Sánchez con unas breves páginas en torno a la presencia de Rubén Darío en Guatemala.
El debate sobre lo que fue el Modernismo sigue abierto, si bien obras como ésta contribuyen a precisar el “universo de discurso” para la larga polémica.
Llera Esteban, Luis de y Assumma, Cristina (coord.), La “primera” modernidad. El modernismo religioso y literario en España e Hispanoamérica. Bogotá, Universidad Católica, 2012