Iniciados el año 1971 en Trujillo, merced a su Centro de Iniciativas turísticas, estos Coloquios han venido organizándose ininterrumpidamente, ahora a cargo de la Asociación Cultural creada al efecto y que preside Rosario Alvarado Hoyas. Casi un millar de investigadores han colaborado en estos encuentros, cuyas actas son ya imprescindibles para conocer la historia de Extremadura. El presente volumen (548 páginas, más índice), coordinado por Manuel Rubio Andrade y Vicente Pastor González, recoge los trabajos defendidos durante el simposio de 2013. Según imponía la efemérides, estuvo dedicado a Vasco Núñez de Balboa por conmemorarse el V centenario del descubrimiento del Océano Pacífico. Bien es verdad que de la larga veintena de estudios aquí recogidos, sólo tres versan sobre el célebre conquistador. El más valioso lo suscribe Esteban Mira, con su habitual sentido crítico. Insistiendo en las lagunas documentales – previsoramente originadas por los enemigos del jerezano, con Pedrarias a la cabeza-, el historiador se opone a la exaltación hagiográfica de quien, después de todo, destruyó la cultura indígena del actual Panamá. Nada, pues, de un conquistador pacífico (lo que repugna in terminis). Aunque se le reconocen otras cualidades, no se encontraban entre ellas la tolerancia ni la compasión hacia el indio, por decirlo con palabras de María del Carmen Mena García, la profesora andaluza que al articulista le merece el mayor respeto. Las relaciones, nada fáciles, de Balboa con otros conquistadores son analizadas por Francisco Rivero (Nicolás de Ovando) y Manuel Rubio Andrada/Francisco Javier Rubio Muñoz (Francisco Pizarro).
Según costumbre, sigue una rica miscelánea, de la que destacaré algunas entregas, sin relación entre sí. Antonio Manuel Barragán Lancharro aborda el tema de cómo fueron gestándose las instituciones para facilitar el crédito agrícola, imprescindibles en la lucha contra los usureros que imposibilitaban el desarrollo de nuestros labradores. Lo ejemplifica con el estudio, bien argumentado como todos los suyos, de fundación de las cajas rurales extremeñas (Fuente de Cantos y Monesterio). Por su parte, Rafael Luis Carballo se ocupa de algunas maestras cuyos esfuerzos por elevar la cultura de los lugares donde trabajaron son dignos de todo reconocimiento: María Josefa Rubio López (Esparragalejo), Carmen González Guerrero (Los Guadalperales), Antonia Eulalia Pajuelo Díaz (Campillo de Llerena), Isabel Casablanca Casablanca (Villagonzalo) y María Josefa Barainca (Valdelacalzada).
Por último, sin desmerecer en manera alguna de otros trabajos, quiero destacar dos que tratan la presencia judía en Extremadura. Resumiendo otros suyos, Marciano Martín denuncia las interesadas manipulaciones que del tema han venido haciéndose en Hervás (donde la población hebrea no pasó de 45 familias, casi todas agrupadas exclusivamente en la calle Perulero). Finalmente, del muy documentado texto de Serafín Martín sobre la sinagoga de Cáceres, transformada después en capilla de la Santa Cruz de Jerusalén del palacio de la Isla, se desprende cuán importante fue la aljama judía en dicha ciudad (la segunda mayor de Extremadura, tras la de Trujillo).
Lamentablemente, la pobre encuadernación del volumen hace que sus hojas se desprendan al mínimo contacto.
AA. VV., XLII Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, Asociación Coloquios Históricos de Extremadura, 2014.