Como si un ángel es una conmovedora narración, que combina armónicamente instancias históricas, documentalistas y literarias en torno a la figura de la joven Gisela Tenenbaum, “desaparecida” entre San Juan y Mendoza el viernes santo 8 de abril de 1977. Con una fórmula similar a la que ha venido utilizando Javier Cerca en Soldados de Salamina, El impostor o El monarca de las sombras, Erik Hackl construye esta novela biográfica de enorme interés y perfectamente ambientada en una época dolorosa, y aún no tan lejana, de Argentina.
Es muy posible que al autor (Steyr, 1954) lo indujesen para escribir esta obra el origen austríaco de la protagonista, así como los valores morales que trascienden de esta etopeya (descripción de rasgos morales de una persona, como es el carácter, cualidades, virtudes y costumbres de una persona). Especializado en Filología Germánica e Hispánica, lector algún tiempo en la Complutense madrileña, buen conocedor de los países latinoamericanos, entre las obras de E. Hackl figuran diferentes antologías sobre la sublevación de los obreros austríacos (1934), la Guerra civil española (1936-39) y los pueblos indígenas de Guatemala. Publicó con Hans Landauer el Diccionario de los voluntarios austriacos en la España republicana 1936-1939 y suyos son varios estudios sobre los presos españoles en Mauthausen.
En distintos campos de concentración perdieron la vida numerosos familiares de Gisele por pertenecer a la etnia judía. Algunos escaparon milagrosamente del de Buchenwald. Sus abuelos evitarían el holocausto largándose a tiempo de Viena para recalar en Bolivia, aunque finalmente elegirían Buenos Aires primero, Mendoza después, como su nueva patria. Nunca abandonaron sus ideales próximos al socialismo. De todo ello va dándose en la obra cumplida información, a la vez que se reconstruye la infancia, adolescencia y juventud de la biografiada.
Conjugando alternativamente apuntes sobre la familia Tenenbaum, la situación del país durante los años setenta de la pasada centuria, el peronismo, el brote del Movimiento Montonero y las actuaciones de la temible Junta Militar, en un discurso que no se atiene al orden cronológico, sino que funciona con feedbacks continuos, se urde un relato cuya lectura cuesta interrumpir.
También los padres de Gisela (Gisi para los amigos; Valentina como nombre de guerra, en homenaje a la cosmonauta rusa) aparece como personas extraordinarias. Los dos consiguen doctorarse en Medicina ya bien mayores, combinando oficios diferentes y estudios, sin perder su conciencia de clase. Siempre próximos a los más humildes, acogedores y solidarios, llegarán a jugársela por atender incluso a los guerrilleros heridos por las pistolas de los soldados, policías y paramilitares comandados por Videla. Nunca dejaron de confiar en la hija, que desde muy pronto sobresale entre sus compañeros. Gisi obtuvo las mejores notas; se llevó todas las condecoraciones académicas e incluso fue campeona de natación (obtuvo varios récords y premios internacionales). La verdad es que el biógrafo roza a veces la hagiografía.
El sentido de la responsabilidad y los ánimos de su novio, Alfredo Escámez, con quien estudia en la Universidad Tecnológica Nacional, la inducen con sólo veinte años a convertirse en “Montonera”. Los dirigentes del golpe de estado de 1976 se mostrarán implacables contra la militancia izquierdista, más aún si son partidarios de la lucha armada, según ocurrió con parte de la izquierda juvenil del partido peronista. ¿Por qué coge un fusil alguien de carácter tan pacífico, dulce, amistoso e incluso tímido como se nos presenta a la protagonista?
No se sabe con exactitud. Ni por qué no se dio a la fuga antes de que la detuviesen. Como tampoco dónde yacen ella y los 30.000 muertos, victimas del terrorismo de estado durante aquel “Proceso de Reorganización Nacional” – menudo eufemismo-, sin tener en cuenta las torturas, violaciones, robos de infantes, cárceles, exilios forzosos que destrozaron el país.
Raquel García Borsani, natural de Uruguay (n.1958) y profesora en Alemania ha hecho la versión a un castellano hermoso que, sin duda voluntariamente, ha querido impregnar de americanismos. Sobre todo en los testimonios orales dialogados, abundan los términos, giros y expresiones porteñas que a menudo imponen recurrir al diccionario.
Erich Hackl, Como si un ángel. Cáceres, Periférica, 2019.