Las sillas tapizadas en cuero, que hace un par de temporadas se colocaron en la vanguardia de las tendencias de decoración, son una buena elección, porque si las cuidas un poco te durarán toda la vida. Para limpiar el cuero, elige un jabón específico diluido en poca agua. Cuando ya tengas la superficie de cuero seca, abrillántala con un trapo. Si se trata de piel sintética, puedes utilizar un jabón normal. Para evitar que el cuero se cuartee, aplica un par de veces el año aceite de ricino si se trata de piel oscura o vaselina si, por el contrario, se trata de piel clara. Si ya le han salido las grietas, hazte con un reparador específico y aplícalo sobre la superficie de cuero con un algodón. Deja secar y, al día siguiente, sácale brillo con un paño. Si no tienes reparador, fabrica uno tú mismo con agua, vinagre y bicarbonato. Recuperarás la tersura del cuero.