Después de las vacaciones y con el otoño ya entrado comienzan las buenos propósitos. Hay quien se propone limpiar el acero para recuperar todo el brillo que han perdido las piezas de este material. Si este es tu caso, puedes poner en práctica distintos remedios. Pruébalos y selecciona el que te resulte más sencillo. Si tienes aceite a mano, mézclalo con ceniza de un cigarro u hollín y frota enérgicamente la pieza con un trapo de algodón impregnado en la mezcla. Después, limpia el objeto con un paño de lana. Otra solución puedes encontrar en el agua de las patatas con piel hervidas. Retira las patatas, deja enfriar el agua y limpia con ese agua el objeto. Si lo tuyo son los detergentes, elige uno neutro. Cuando ya esté limpio, aplica jabón natural y el zumo de un limón. Frota con fuerza. Aclara con abundante agua y deja secar.