Para limpiar los quemadores, nada mejor que pasarles un cepillo o usar un palillo de dientes para desatascar todas las salidas de gas. En el caso de que aún no ardan bien, mete los quemadores en el lavavajillas o déjalos en remojo al menos doce horas en vinagre de vino, que desincrustará toda la suciedad adherida. A continuación, acláralos y sécalos bien porque no debes poner los quemadores mojados en su sitio. En caso de que la suciedad esté bastante incrustada, calienta lejía y detergente en cantidad suficiente para que, al meter los quemadores dentro, queden cubiertos. Sólo tienes que dejarlos un cuarto de hora para que la suciedad se ablande. También puedes llenar un cazo de agua y ponerlo a hervir durante media hora con un vaso de jabón en polvo del que usas para la lavadora. Utiliza un estropajo de aluminio, que facilitará la tarea.