Alargar la vida de los electrodomésticos es cuestión de llevar a cabo pequeños gestos. En el caso de la lavadora, bastará con dejar abierta la puerta durante un tiempo tras sacar la ropa, para que circule el aire y se seque bien el interior del tambor. También evitarás oxidaciones prematuras y que la goma de la puerta se estropee. Si secas bien la goma de la puerta después de cada uso, evitarás que aparezcan mohos. No olvides limpiar la cubeta del jabón con agua y un cepillo. Limpia periódicamente el filtro para evitar atascos en el circuito del agua y abre el tapón situado en el frontal de la lavadora con un pequeño destornillador y quita los hilos o pelusas. La limpieza exterior es importante para evitar la formación de óxidos, pasa un trapo previamente sumergido en agua templada con jabón no abrasivo y seca posteriormente con un paño suave.