A los reproductores MP3 le quedan pocos sitios a los que llegar y, a los técnicos que se encargan de llevar su sonido a todos sitios, menos adaptaciones innovadoras que conseguir. Bucear por las profundidades marinas, chapotear en la piscina o subirte a una tabla de surf sin renunciar al sonido del MP3 se ha convertido ahora en una realidad. Lo ha hecho posible la compañía Finis al incluir en su reproductor sumergible SwiMP3 la tecnología de la conducción ósea, que se encarga de transferir el sonido al oído interno a través de los huesos del cráneo. Su capacidad es de 256 megabites y se puede adquirir en la web www.finisinc.com por 155 euros. En esta dirección electrónica también explican cómo funciona la tecnología y muestran, además, cómo el aparato queda sujeto a un gorro de natación.