Un buen día te miras al espejo mientras te peinas y descubres que las canas han tomado tu cabeza. Si quieres evitar que se propaguen sin pasar por la peluquería prueba con dos recetas caseras, con romero o vino tinto. La primera consiste en preparar una infusión de romero y, cuando esté templada, aplicarla sobre el cabello y dejar actuar durante unos minutos. Una vez que haya pasado ese tiempo, puedes aclararte el pelo. Conforme vayan pasando las aplicaciones, las canas irán desapareciendo y el cabello adquirirá un brillo especial. Otra receta típica de la abuela, pero esta vez para retrasar la aparición de las canas consiste en mezclar cuatro gramos de sulfato de hierro en un cuarto de vino tinto. Todo lo que tienes que hacer después es mojar el peine en este líquido y pasártelo durante diez minutos por el pelo. No te olvides de echarte colonia.