En la cocina los trucos se multiplican hasta límites insospechables. Ya casi no tenemos tiempo para guisar de manera reposada, así que hay que buscar la manera de acelerar los pasos de cada receta. Una amiga me contó el otro día que si llega a casa pillada de tiempo y con una malla de almejas, las mete en un recipiente con agua con gas. Su explicación, por cierto nada científica, es que las burbujas del gas ‘les hace cosquillas’ y provoca que se abran antes y suelten la arena en menos tiempo. Las deja en remojo durante 15 minutos y después las guisa normalmente. Si no tienes agua con gas en casa y tienes que recurrir a la que sale del grifo. Elige agua muy fría y con un puñado con sal. El problema es que de esta manera deberás esperar varias horas hasta que estos moluscos suelten el cargamento de arena que les suele acompañar.