Si no quieres que los pantalones vaqueros se destiñan cada vez que los metes en la lavadora, prueba a meterlos en remojo en abundante agua en la que hayas echado previamente medio kilo de sal gorda. Déjalos así tres o cuatro horas y, luego, lávalos siempre del revés. Sin embargo, si lo que quieres es que los vaqueros se ajusten a tu cuerpo, mételos en un recipiente grande con agua y muchísima azúcar. Después, sólo tienes que dejarlos secar al sol sin estirarlos demasiado. Para lavarlos habitualmente, echa en la lavadora, junto con tu detergente habitual, medio vaso de amoníaco y realiza el lavado a una temperatura aproximada de 40 grados. Esto no sirve solamente para los pantalones, sino que puedes introducir en el bombo de la lavadora a esta temperatura cualquier prenda confeccionada en este tejido.