En ocasiones, los cuellos y puños de las camisas se manchan por el roce. Puedes frotar los cercos con un trozo de tiza y lavar después la camisa normalmente. Si la mancha es antigua, tendrás que repetir la operación. Otro remedios para dejar relucientes los cuellos consiste en frotarlos con champú antes de meterla en la lavadora. Este método resulta eficaz porque disuelve la grasa del cuerpo. Si la camisa se ha arrugado y está tan seca que hasta te da miedo ponerla en la tabla, coloca un papel de aluminio sobre ella, pon encima la prenda y, sobre ésta, un paño humedecido en agua con una gota de amoníaco. Ya está lista para planchar y terminar con todas las arrugas. Si lavas la camisa a mano, ponla en una percha después de enjuagarla y pasa la mano por toda la prenda para que se eliminen las arrugas y evitar la aparición de arrugas.