Ahora que se acerca el buen tiempo, apetece aprovechar la terraza o el jardín. La más agradable de las luces llega con las velas. Para que las nuevas no derramen la cera consumida al encenderlas, sumérgelas el día anterior en un recipiente con agua y sal. De esta forma, evitarás que chorreen. De todas maneras, no dejes de colocar un recipiente de cerámica o de cristal que pueda recoger la cera en caso de que gotee. Así aislarás la llama de cualquier elemento que pueda quemarse. No obstante, si quieres que la vela dure más tiempo, introdúcela un par de horas en la nevera antes de encenderla. Y para limpiar los restos de vela sigue los siguientes remedios: frota con agua jabonosa caliente y unas gotas de amoniaco en superficies de cristal o sumerge en agua caliente el mantel. Pero, si la vela es de color, frota la mancha con agua oxigenada.