Algunas mañanas, tras contemplar a “Amigo” si estoy de buen humor, me preparo una buena extremeña con un café con leche y me dispongo a disfrutarla viendo a Pipi Calzaslargas en el canal Neox. El domingo pasado, en mi Tribuna de Opinión en Diario HOY hablaba del daño que está generando el Canal Disney a los niños de hoy, y como continua idiotizando a una generación entera, y sobre todo la serie esa del Patito feo.
http://www.hoy.es/v/20110102/opinion/mocita-arrempuja-20110102.html
Si nuestras niñas de ahora vieran a Pipi antes que a las Divinas seguro que les iba mucho mejor en la vida.
Pipi es la niña que todos hubiéramos querido ser. Es traviesa pero muy buena, vive sola en una gran casa, hace lo que le da la gana, tiene un caballo y un mono, es hija de un pirata que cada dos por tres le regala cofres llenos de monedas de oro, y además tiene más fuerza que Sansón y Hércules juntos.
Con “las divinas” las niñas de hoy aprenden a maquillarse y a mover el culo a destiempo, mientras, las de mi quinta, con Pipi aprendían a divertirse viajando constantemente a través de la imaginación. ¡Y pensar que algunos compañeros míos, “veinteañeros”, no saben de quien les hablo cuando recuerdo a la simpática Pipi! Y claro está, me escuchan extrañados y me miran como si me faltara un tornillo cuando canto aquello de “veinte panes y mil salchichas y un montón de barriles de ron, navegando con calma chicha sin poder manejar el timón” Un niño no habrá sido niño de verdad sin ver a Pipi. ¡Que tristeza de generación!