La fe | De subir a la montaña me canso - Blogs hoy.es >

Blogs

Marcos Ripalda

De subir a la montaña me canso

La fe

lafe

El otro día me encontraba ocioso mirando un escaparate en el que se exhibían numerosos y variados calefactores, cuando una anciana vigoréxica con pañuelo de seda al cuello me abordó para entregarme un folleto que contenía, según pude atisbar, las respuestas a todas mis preguntas, aunque yo la única pregunta que me estaba formulando en aquel momento era si el calefactor mejor con una o dos resistencias; así que, sobreponiéndome a mi letargo frente a este escaparate que prometía felices desarropamientos, le pregunté a la atlética anciana si aquello que decía el folleto era verdad y si contenía todas las respuestas que estaba buscando porque yo no era creyente, y como la señora me adivinó la retranca, se abalanzó sobre otro señor que estaba a punto de cruzar un paso de peatones ensimismado, cómo no, ojeando en su móvil el perfil de una ‘influencer’ experta en meditación, y evitó, in extremis, que muriese atropellado. El suicida involuntario salvado por esta Wonderyaya religiosa, le dio las gracias apresuradamente y trató de zafarse de la mano que le depositaba el folleto con todas y cada una de las respuestas. Ay, pobre, pensé, salvó la vida, pero le atrapó la fe.
Así que entré en la tienda y me olvidé del calefactor y del hombre que milagrosamente había salvado la vida gracias a la intervención de la abuela de Thor y le pedí a la dependienta la tele más grande. «Una muy grande para ver Netflix», oiga. La dependienta, como intuyó que podía haber venta, me enseñó justo el modelo que tenía enfrente. «Veo que está interesado en este. Un modelo excelente». Le dije que a ese precio no se podía pedir más. «Tiene 75 pulgadas», me informó. Le dije que me la llevaba. «Este es un modelo de exposición», me dijo. Le dije que me llevaba un modelo como ese en su embalaje, no necesariamente el que estaba expuesto. Al parecer, es el último. «Entonces, no», le dije. Me dijo que comprendía que no me fiase, aunque me aseguró que llevaba menos de una semana expuesta. «Ya, ya, pero le habrá dado el sol, lo habrán manipulado, encendido, apagado…» Me corta: «Pues no encontrará una oferta mejor». Me vine arriba: «No sé si mejor, pero en su caja seguro». Insistió: «Tenemos otros modelos similares». No me bajé del burro: «Pero yo quiero este». La dependienta zanjó el asunto: «Pues caja no hay. La hemos tirado». Farfullo alguna idiotez inentendible y, en ese momento, la forzuda repartidora de folletos que detallan cómo sobrevivir en tiempos chungos, entró con paso decidido en el local y pidió un calefactor. La dependienta se desentendió de mí y en menos de un minuto le vendió el calefactor a la señora, que se marchó a paso ligero para seguir repartiendo folletos o donando calefactores, quién sabe.
Salí de la tienda con las manos vacías y el folleto en el bolsillo. Para ojearlo, nomás, me dije, mientras intuía que me iba a congelar el culo si me daba por buscar las respuestas en el baño de casa.

Temas

Responsable de Diseño en el Diario Hoy de Extremadura desde 2012. Escritor de relatos breves donde aplico la máxima de la Escuela Postirónica: "Hablar de unas cosas para decir otras" . Soy consciente de mi ignorancia.

Sobre el autor

MARCOS RIPALDA es licenciado en Periodismo, diseñador gráfico y cuentista postirónico, término que él mismo acuñó con el beneplácito de su madre. Actualmente es el responsable de Diseño del diario HOY. CARMURA LENTEJA es ilustradora.


marzo 2019
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031