John Bordley Rawls nació en Baltimore en 1921 y falleció en Lexington, Massachusetts, en noviembre de 2002. Fue un filósofo que reflexionó básicamente sobre cuestiones morales y políticas.
Se educó en Princeton y enseñó allí desde 1950 a 1952 y en Cornell desde 1953 a 1959, así como en el Instituto de Tecnología de Massachusetts desde 1960 a 1962, antes de ser profesor de filosofía en Harvard.
En Teoría de la Justicia (1971), quizás su publicación más emblemática y conocida y punto de partida de su pensamiento más original, Rawls trata de desarrollar una concepción de la justicia adecuada a una sociedad democrática y rechaza la afirmación de que la justicia utilitarista sea la que produzca el mayor bien para el mayor número. Afirma que la justicia se encuentra en aquellos actos que tratan a las personas de manera equitativa.
Él considera, por otra parte, que el utilitarismo maximiza la importancia de la felicidad general y no protege suficientemente la libertad (¿libertad de qué, libertad para qué?), la igualdad (¿igualdad en qué?) o los valores democráticos liberales.
Después de John Locke, Jean Jacques Rousseau e Inmanuel Kant, Rawls hizo un nuevo llamamiento a la idea de contrato social donde la justicia se represente como el resultado de un hipotético acuerdo libre entre personas que actúen desde una posición de igualdad de derechos. Para asegurar una solución justa establece como principio de la justicia los preceptos que las personas libres y racionales acepten en una posición inicial de igualdad, mediante la imposición de lo que él denominó un velo de ignorancia.
En esa situación hipotética, se llega a un acuerdo en circunstancias tales que no se sabe bien qué posición ocupará cada uno en la estructura social. Así, deliberando tras ese velo de ignorancia, determinan las personas sus derechos y sus deberes.
Desde esa posición original sostiene Rawls la libertad de las personas de acuerdo con una concepción liberal-igualitaria de la justicia como imparcialidad, concepto que comprende dos principios: (1) algunas libertades básicas, como la libertad de pensamiento y de asociación, son tan importantes que prevalecen sobre otros valores sociales, tales como la mejora de la eficiencia económica (lo que proporciona un interesante punto de reflexión en la situación de crisis actual y el horizonte desde el que se deben tomar algunas decisiones) y (2) los valores deben ser abiertos a todos, puestos en condiciones de igualdad de oportunidades.
En trabajos posteriores Rawls amplía y modifica su trabajo.
Otras publicaciones suyas son Liberalismo político (1993), La Ley de los Pueblos (1999), Conferencias sobre la Historia de la Filosofía Moral (2000) o Justicia como equidad (2001).