Igual que muchos yo también estoy sacando el artista que llevo dentro al tener una cámara en el bolsillo y fotografiar todo lo que me parece bonito. Luego,Facebook, da la facilidad de mostrar la obra y alimentar el ego con los me gusta. Cada mañana subo una. La del otro día la titulé “septiembre, empieza el buen tiempo”. Aparecieron dos bandos. Una mayorías partidaria de septiembre, y los que dicen que sienten nostalgia: será por el recuerdo del comienzo del curso, o por dejar la playa para incorporarse al día a día, dichosos los que pueden vivir al margen de la rutina sin que les produzca desasosiego. Me gusta el septiembre pacense después de un verano que dejó la ciudad desierta. Si fuera concejal y tuviera que publicitar Badajoz en verano no duraba dos telediarios, aunque, según dicen, ser torpe no es motivo de cese. Badajoz empieza a vestirse de vintage. Vuelven los pesos pesados del columnismo: Valbuena, Juan Domingo, Buiza y hasta Martín Tamayo, “ahí es ná”. Vuelve Carrefour a dejar libre las estanterías de la ropa de baño para llenarla de lápices de colores y mochilas de Peppa Pig mientras piden paso los turrones. Vuelve la noche en blanco y me paro aquí. Creo que es la sexta edición; nunca había ido; no soporto las colas ni la multitud, pero este año quedé con una amiga pintora. Fui andando hasta su exposición, nunca imagine tanta gente junta. No me gusta ir solo los días de fiesta, me siento extraño. Camino de la exposición me encontré con muchos que me preguntaban ¿Adónde vas solo? como si fuera buscando lo que no iba buscando. Cuando llegué, tarde una hora, ella ya se había ido, según el “whasap” al Luis de Morales para ver a otro amigo que cantaba. Fui, tarde otra hora, seguí encontrándome con gente que me seguía preguntaba ¿adónde vas solo? Cuando llegué al Luis de Morales mi amiga ya no estaba. Salí de allí como un barco sin rumbo guiado por el tumulto. Intente dar un rodeo para evitar el amontonamiento y las preguntas indiscretas,fue imposible. Camine por una calle por la que no había pasado nunca, En la Avenida Joaquín Costa una prostituta me dijo: moreno ¿adónde vas solo? Pasé junto a la estatua de los tres poetas, cuatro parejas de jóvenes iban delante, una del grupo, la más entendida, decía señalando a los tres, “son pintores”, “ese de la barba es Cervantes”. Las calles se abarrotan de cultura en la noche en blanco.