En el corazón de la Sierra de Gata, en el norte cacereño más cercano a Portugal, encontramos un conjunto de marchas senderistas que forman parte del circuito Ruta Verde de la Cervigona, nombre de un gran salto de agua. En esta ocasión tomaremos la senda de la Jara del Rey, un camino que parte del embalse del Prado de las Monjas, que abastece a Acebo y otros municipios próximos. Se puede aparcar el coche junto el muro de la presa y comenzar a caminar aquí. El lago es en sí un espectáculo natural. Rodeado de verdes montañas, el embalse rebosa con generosidad y empieza a aliviar agua desde el mes octubre, con las primeras lluvias del otoño. Los paisajes son de una belleza arrebatadora desde el principio del sendero, muy bien señalizado y acondicionado con barandillas de madera y escalones de pizarra en los trechos más complicados. La dificultad es media.
El camino ascendente, con un desnivel de unos 200 metros, discurre paralelo al cauce del río Acebo, aguas que vierten más abajo en el propio embalse. A cada paso disfrutaremos con los saltos de agua rugiendo a unos metros de nosotros y de multitud de especies de flora autóctonas, un auténtico paraíso para los amantes de las setas y las castañas que preñan el monte en las épocas más húmedas del año. Aunque algunos lugareños echan en falta más castaños en un paisaje donde desde hace décadas predomina el pino de repoblación. Cuando alcancemos la rita, tras unos cuatro kilómetros de subida, veremos la señalización que indica el cruce de caminos con otras rutas como la Senda del Puerto de Castilla Norte. Una vez terminada esta marcha, descendiendo por el mismo camino, podemos continuar del inigualable marco natural con otros caminos próximos que también forman parte de la Ruta Verde de la Cervigona, como la marcha de las piscinas naturales de la ribera del Acebo, donde la fuerza del agua ha esculpido la piedra dejando en el cauce hermosas cascadas y lienzos redondeados en la roca.
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Ángela Murillo