Pues sí, nuestros hijos siguen creciendo. Hace nada eran unas criaturas tiernas, y el curso que viene serán unos adolescentes que irán al Instituto. Mucho cambio: se adentran en la adolescencia, y si no fuera suficiente incertidumbre, habrá nuevo centro, nuevos compañeros, nuevos y diferentes profesores, muchos retos y, por tanto, nuevas oportunidades para seguir educando. Muchos padres y madre asisten a este paso algo asustados. Creen que sus hijos aún no están maduros para este paso, los ven pequeños para adentrarse en esa “jungla” que a veces creemos que es la Secundaria. ¿Y si en vez de estar asustados lo que hacemos es prepararnos, motivarnos y ayudarles a que éste tránsito sea lo más positivo para nuestros hijos y para nosotros mismos?
1.- Procura no trasmitir a tu hijo o hija que te asusta el cambio. Cuidado con decir eso de “te vas a enterar en el Instituto”, “tú con lo inocente que eres”. Todos los chicos y chicas de 12 años caben en la Secundaria, y para ellos y para los centros es un reto lograr dar respuestas a sus necesidades. Los Institutos no son zona de combate, son centros educativos, así que cuando muestre algún temor o incertidumbre, recordadle que será capaz de afrontar este cambio, y que para ello contará con vuestra ayuda y también la de sus nuevos profesores.
2.- El paso a Secundaria es buen momento para ayudarles a que sean progresivamente más autónomos con las tareas y estudios. Que sean autónomos no significa que te desentiendas porque necesitan ayuda. Ayudarles a organizarse es ayudarles a elaborar un horario razonable (un poco más amplio de lo que tus hijos creen, y menos de lo que a ti te gustaría), a encontrar un estilo de estudio acorde a sus características, no es necesario estar sentado en una silla para estudiar, se puede estudiar de pie, moviéndote, (acostado tengo serias dudas). Hay chicos que tienen buena memoria auditiva y se quedan mejor con lo que escuchan, otros memoria visual y se quedan mejor con imágenes, señales, colores, pues que los utilicen.
3.- No puede ser el tema de los estudios lo más importante en tu casa. No puedes estar todo el día preguntando sobre el tema ‘estudios’. No puedes estar diciéndoles constantemente: “tú lo único que tienes que hacer es estudiar”. A tus hijos les interesan otras cosas, hablad de ellas, interésate por sus intereses, su música, sus amistades, sus preocupaciones. Habla tú de tus intereses, de tus amistades, de tus preocupaciones, y así les harás ver que te interesan mucho tus hijos.
4.- Padres y madres somos los responsables de la educación de nuestros hijos y el profesorado tiene la tarea de colaborar con los padres en esta tarea. Nos necesitamos padres y profesorado, pero no es fácil este “noviazgo” porque son muchos y diferentes los profesores y profesoras que van a enseñar a tu hijo durante la Secundaria. Los padres podemos conocer mejor a nuestros hijos escuchando a sus profesores, y éstos podrán conocer mejor a sus alumnos escuchando a sus padres. Y cuando hay comunicación, pues puede haber conflicto. Eso es normal, pero aunque tengamos conflictos ambos, padres y profesorado buscamos lo mismo, el bienestar de nuestros hijos. Ah, y padres y profesorado tenemos el mismo defecto: no somos perfectos.
5.- No se os olvide que hay que insistir en la necesidad de que nuestros hijos den buen trato a sus compañeros, a sus profesores y a sus padres. No es cuestión de dar sermones, es cuestión de hablar seriamente sobre lo que es tolerable y lo que no lo es. Te recuerdo que no hay nada mejor que el ejemplo. No se acosa, no se insulta, no se menosprecia a nadie. Y esta lección hay que repetirla muchas veces porque a veces el cerebro adolescente les hace creerse omnipotentes.
6.- Educando es necesario tener algunas normas, algunos límites y algunas consecuencias si se incumplen las normas. Y una vez que tengas normas, prepárate para pelear, y para pelear mucho. Pero te vuelvo a recordar que es en los momentos de descontrol de los hijos cuando más necesitan padres y madres controlados. Las normas nos guían a todos, a los hijos pero también a los padres.
7.- “Las malas compañías” en Secundaria: padres y madres agudizamos nuestro olfato para detectar malas compañías. El grupo de amigos se va a convertir para hijos e hijas en algo fundamental. Prepárate para seguir influyendo en tus hijos, aunque éstos parezca que no te hacen caso. Repasa este artículo que escribí sobre las malas compañías.
8.- No olvidar la necesidad de regular el tiempo que se dedican a las pantallas, estableciendo momentos de “apagón” (sobre todo a la hora de estudiar, pero también a la hora de descansar). Insistir en el uso correcto de las redes sociales. Esto también es válido para padres y madres, tened cuidado con la manera de participar en grupos de WhatsApp.
9.- Trasmitid el orgullo por ver crecer a vuestros hijos y la confianza de que serán capaces de afrontar todos los retos que la educación Secundaria les va a suponer. Pero orgullosos y confiados significa también que, cuando se saltan normas y límites, hay consecuencias.
10.- Y por último, este tránsito a la secundaria también se convierte en una estupenda oportunidad para enseñar a hijos e hijas a hacer frente a las adversidades a las que se van a enfrentar (hacer amigos, estudios, horarios de fines de semanas, amores, etc.) Os recuerdo que la mejor manera de enseñar a los hijos a ser resilientes, fuertes, es con el ejemplo.
Ánimo, siguen creciendo.