El interés creciente que la cultura portuguesa provoca es un fenómeno hoy constatable en cualquier parte del mundo. El éxito de sus cineastas, actores, músicos, turismo, gastronomía, atletas, futbolistas y, ¡cómo no!, novelistas y poetas colocan una y otra vez al país luso en todos los medios. Al atractivo de la marca contribuye no poco el empuje imparable de Brasil e incluso el cada día más perceptible de las antiguas colonias africanas.
Sólo por eso es perfectamente explicable y muy bienvenida esta Historia de la Literatura Portuguesa, obra por otra parte con sobrados méritos intrínsecos para su feliz recepción. Tampoco nos parece casual que tan solvente estudio nazca en el seno de la Universidad de Extremadura, donde enseñan su coordinadora, María Jesús Fernández García, y demás redactores: Juan M. Carrasco González, Iolanda Ogando González y María Luisa Trindade Madeira Leal. El volumen ha sido editado por una entidad extremeña, Gabinete de Iniciativas Transfronterizas, 2011, y en sus 522 páginas se recogen multitud de referencias a traductores (Ángel Campos Pámpano, Antonio Saéz), editores, antólogos y estudiosos que en nuestra región se han ocupado del país vecino, tan próximo para Extremadura por razones múltiples.
Los autores realizan un encomiable esfuerzo por dar cuenta de cómo ha ido constituyéndose el canon literario portugués, deteniéndose de modo especial en las cimas señeras de un periplo que va desde los cancioneros medievales (Ajuda, Vaticana, Colocci-Brancutti) o renacentistas (el Cancioneiro Geral), hasta los nombres actuales más reconocidos, “un recorrido a través de los distintos movimientos estéticos e incide en aquellos autores y textos que, desafiando el paso del tiempo y de los gustos, se consideran hoy elementos constitutivos de un patrimonio cultural especialmente rico, formado a lo largo de más de ocho siglos”, según propósito confeso y conseguido.
Algunas características sobresalientes de la obra son, a nuestro entender, su ánimo exhaustivo (pocos escritores han quedado fuera), intención pedagógica (está redactada con suma claridad), apoyos textuales (especialmente en poesía), generosa contextualización (con muy atinados apuntes socioeconómicos de cada época), anotaciones intertextuales (sin omitir las de otras literaturas, sobre todo la castellana), periodización común (sólo interrumpida en los tiempos últimos, tratados temáticamente) y atención a los aspectos novedosos (comic, historias dibujadas, poesía visual, ciberliteratura).
Como resulta lógico, se dedica atención singular a las corrientes, escuelas o creadores portugueses más significativos: las cantigas medievales (de amor, de amigo, de escarnio y maldecir…); los líricos del Renacimiento (Sâ de Miranda) y el insuperable Camôens; el casi único gran dramaturgo portugués, español a medias, Gil Vicente; la eminencia del barroco, el padre Antonio Vieira; el gran mártir de la literatura lusa dieciochesca, José de Silva, “O Judeu” y, ya en época contemporánea, un extraordinario conjunto de escritores entre los que sobresalen figuras como Almeida Garret, Alexandre Herculano, Castelo Branco, Antero de Quental, Eça de Queirós, el extraordinario Fernando Pessoa (al que se dedican 30 páginas), Sá-Carneiro, José Régio, Mario Césariny y otros nombres ya coetáneos nuestros (Fernando Namora, Miguel Torga, Jorge de Mena, Sophia de Mello, Eugénio de Andrade, Ramos Rosa, Vergilio Ferreria, Ruy Belo y tantos más), presididos por el premio Nóbel, José Saramago o la figura, también mundialmente consagrada, de Lobo Antunes.
No quiero terminar sin hacer dos pequeñas observaciones. 1) Entre las muchas e importantes revistas estudiadas (Orpheu, Presença…) nos hubiese gustado ver la extremeña Espaço/Espacio escrito, en la que durante varios lustros tantos autores portugueses publicarían en su propia lengua. 2) Tal vez por esa “contaminación” que impone el trato continuo con otro idioma, se deslizan ocasionalmente usos incorrectos, como “alaud” (p. 203, nota 5), “visión linear” (p. 420), “incertezas” (p. 425), “acerbo” (por “acervo”, p. 466) o “han sido inferiorizados” (pág.483). Mínimas máculas, fáciles de corregir en próxima edición, para un trabajo magnífico.
Mª Jesús Fernández García, Historia de la Literatura Portuguesa. Mérida, Gabinete de Iniciativas Transfronterizas, 2011.