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Manuel Pecellín

Libre con Libros

JUDÍOS EN EXTREMADURA

 

También conocido como Marciano de Hervás, por su lugar de nacimiento (1957), Marciano Martín es quien más obra tiene escrita sobre los judíos en Extremadura. Aunque diplomado en Ciencias de la Imagen por la Complutense, lo que le facilitó trabajar como ayudante de dirección con Adolfo Marsillach y José Luis Alonso en la Compañía Nacional de Teatro Clásico, pronto abandonaría las artes escénicas para dedicarse a lo que parece su gran pasión: el estudio de la presencia judía en las cuencas del Guadiana y el Tajo (más esta segunda). Los judíos de Hervás (1997), Historia de los judíos de Plasencia y su tierra (2001), El libro verde (2014), Judíos y cristianos nuevos en la historia de Trujillo (2008), Abraham Zacuto, astrólogo de don Juan de Zúñiga (2010), La invención de la tradición judía de Hervás (2010) son sus obras de investigación más conocidas. La misma temática ha abordado en las novelas El libro verde (2014), La capa de Elías (2016) o La llama azul (2021). Su firma es habitual en publicaciones periódicas como Revista de Estudios Extremeños, Sefarad, Estudios bejaranos, Clarín, Revista de Nueva Literatura y otras, donde se ha ocupado de las relaciones de los Zúñiga con las comunidades judeoconversas, la Academia Literaria de tan poderosos señores, las aljamas de Trujillo y Coria, la familia Abravanel en Plasencia, judíos y cristianos nuevos en Trujillo o el papel de la Inquisición en Extremadura.

Marciano Martín conoce bien la bibliografía, cada vez más amplia, de cuantos han venido desarrollando estas investigaciones, desde los clásicos a los contemporáneos, recogida en uno de los apéndices de esta obra. Por otra parte, él mismo ha realizado pacientes investigaciones en archivos como el de la Inquisición (Histórico Nacional), Monasterio de Guadalupe, Diocesano de Plasencia, Provinciales de Cáceres y Salamanca, Catedralicios de Coria y Plasencia, General de Simancas o el General de Indias.

Tanta dedicación le ha permitido acumular un impresionante acervo de datos documentales, que constituye la base de sus relatos históricos o novelísticos. En ocasiones, el lector, abrumado por tal cúmulo de referencias, echa en falta una metodología más diáfana, que facilite seguir el hilo de las argumentaciones. En cualquier caso, su lectura siempre instruye e incita al estudio.

Así ocurre con este primer volumen de la Historia del Antijudaísmo en Extremadura, que obtuvo el XVº Premio de Investigación Histórica, convocado por la A.C.P. “Pedro de Trejo”.

La presencia de comunidades judías en nuestra región está documentada desde la Lusitania y fue especialmente relevante en los siglos XIV y XV, hasta el Decreto de Expulsión firmado por los Reyes Católicos (1492), sin que desapareciesen, ni mucho menos, tras aquella infausta medida. Según  el experto José Luis Lacave, fue en las poblaciones extremeñas, sobre todo las próximas a la Raya, donde los hijos de Israel encontraron la mejor acogida fuera de su territorio.

No obstante, también aquí miles de hombres, mujeres e incluso niños habrían de soportar la incomprensión, los ataques, las calumnias e incluso las persecuciones que “el extraño” suele provocar entre vecinos xenófobos, autoconsiderados con derechos prevalentes.

Así lo demuestra este estudio, referido a los enfrentamientos entre “cristianos viejos” y judeoconversos durante los siglos XVI y XVII, principalmente en las villas de Cabezuela, Tornavacas, Plasencia y Villanueva de la Vera. Las familias de origen hebreo allí asentadas, que optaron por bautizarse para eludir la expulsión, o las que fueron regresando, tras peripecias innúmeras, luego de recibir el oportuno salvoconducto, encontraron frecuentemente el recelo, la enemistad, cuando no la enemiga abierta de sus convecinos, que se había aprovechado de los bienes raíces judíos y los veían como temibles competidores para el control de los cargos y oficios municipales. Contaban normalmente con el apoyo de la Inquisición, aunque tanto este tribunal, como otros civiles de concejos y cancilllerías, frenaban a menudo las extralimitaciones contra los “cristianos nuevos”.

El poderoso bando de los “labradores” solía manifestar  animadversión contra los “manteleros” o “mercaderes” (los de la mala ralea, mala semilla, personas infectas, ensambenitados y otras lindezas semejantes, algunas aún más hirientes, como marranos, pérfidos, quemados, deicidas) organizándose frente sus viviendas humillantes rondas nocturnas, auténticos “escraches”, bien poco pacíficos.

Marciano nos expone el desarrollo de una de esas fórmulas, “la madroña” (semejante a la “vaquilla”, “judiada”, “entremeses”, “lemembranzas”, “entremeses” ), farsas dramáticas a base de canciones, bailes bufos, disfraces e improperios múltiples, montadas sobre todo en tiempos de carnavales, contra aquellos que ya los “estatutos de limpieza sangre” impuestos en cofradías, claustros, seminarios y capítulos procuraban segregar de los bienes e intereses comunes.

El autor dedica también numerosas páginas al análisis de los contenidos antisemitas sustentan los rituales burlescos del Peropalo, cuyo medio centenar de coplas reproduce según las tres versiones existentes. Y no faltan apuntes sobre las mistificaciones, burdas o interesadas, que en torno al supuesto legado judío o sefardí extremeño han ido fabricándose en las décadas útimas.

 

 

Marciano Martín de Hervás, Historia del antijudaísmo en Extremadura. I. La madroña y el Peropalo. Plasencia, A.C. P. “Pedro de Trejo”, 2022.

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