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Carlos Pajuelo

Escuela de Padres

Educar en tiempos difíciles

Niño mirando al infinito en su pupitre. / John Moore.

Niño mirando al infinito en su pupitre. / John Moore.

En  la actualidad estamos inmersos en una situación de crisis económica que, como todos los males, tiende a expandirse a otras esferas de nuestra vida. La educación en el ámbito familiar también se ve afectada por este escenario de crisis.

Los padres nos preocupamos mucho por aprender herramientas que faciliten la educación, herramientas que nos sirvan para dar respuesta a los problemas cotidianos en el ámbito familiar como son el aprendizaje de hábitos, la obediencia, las tareas escolares, etc. Pero pocas veces nos planteamos que también hay que educar a nuestros hijos para que sepan actuar ante la adversidad.

De hecho, los padres tendemos a “ocultar” a nuestros hijos las adversidades, al principio, porque creemos que son aún pequeños. posteriormente, porque “para qué vamos a preocuparlos.

De esta manera nuestros hijos crecen en una especie de burbuja, en un ficticio mundo feliz, a salvo de las preocupaciones.  Pero las adversidades forman parte de nuestra vida: las enfermedades graves,  la pérdida de trabajo, las rupturas sentimentales, la muerte, son parte de la vida común y, por eso, educar para hacer frente a la adversidad es una tarea ineludible.

¿Cómo se gestiona la educación en tiempos difíciles?

En casi todas las familias, como en un país, hay un gobierno, por lo general un padre y una madre que se reparten  los papeles de presidente y vicepresidente del gobierno y que ejercen el mando, un Ministro de Economía (que distribuye los recursos), un Ministro de Interior (que pone orden), un Ministro de Justicia (que media en los conflictos y sanciona), un  Ministro de Asuntos Exteriores  (atento a todo lo que ocurre fuera), Ministro de Educación (que se preocupa de los temas escolares) y, además, Secretario de Estado de  Sanidad (surte de apiretal, paracetamol y se ocupa de la salud de la familia), Asuntos Sociales (lleva a los hijos al parque y a los cumpleaños, etc.),  Alimentación (que se encarga de todo lo relacionado con la comida), etc.

Aunque, también es verdad que hay algunas familias en las que uno de los padres actúa como Ministro Sin Cartera.

En tiempos de crisis, en tiempos difíciles es cuando más se necesita un buen gobierno en el país y en nuestras casas.

En las situaciones adversas los padres podemos encontrar una oportunidad más para educar.  Nuestros hijos aprenden formas de responder a la adversidad observando nuestro comportamiento, nuestras palabras y nuestras emociones.

El estilo con el que los padres afrontamos las  situaciones difíciles, y la manera en la que hacemos a nuestros hijos partícipes de estas situaciones adversas es una buena forma de prepararles a lo que, más tarde,  o temprano hay que enfrentarse. ¿Cómo educar en tiempos difíciles?

Los padres, cuando educamos en tiempos difíciles, no metemos miedo a nuestros hijos ni a nosotros mismos porque el miedo paraliza y necesitamos estar activos. Aprovechamos esta situación para, desde posiciones realistas, implicar a toda la familia en la búsqueda de respuestas eficaces y posibles. Enseñamos a nuestros hijos a responsabilizarnos y comprometernos todos, y cada uno, en las tareas. Responsabilizarse es la mejor manera de generar confianza en uno mismo.

Cuando educamos en tiempos difíciles, transmitimos confianza en todos y cada uno de los miembros de la familia. Confianza basada en que, si nos organizamos, si cada uno cumple sus cometidos, si cada uno se responsabiliza un poco, si cada uno prescinde de algún privilegio, entonces,  juntos, unidos,  se puede afrontar la tempestad.

Y aunque las tempestades dejan rotos que no se pueden coser, los “rotos”, con apoyo de la familia, se sobrellevan mejor.

Cuando educamos en tiempos difíciles hacemos ver a nuestros hijos que la esperanza es un valor. La esperanza no es pensar que las adversidades son un mal sueño, y que todo pasará. La esperanza es confiar en nuestra capacidad de vivir día a día afrontando lo bueno, lo regular y lo malo. La esperanza es una fuerza que nos moviliza y nos hace protagonistas activos de nuestra vida.

Cuando educamos en tiempos difíciles mostramos apoyo incondicional a nuestros hijos porque sabemos que es difícil aprender a prescindir de lo prescindible. Es fácil derrumbarse ante la adversidad, por eso cuando nos sentimos abatidos por las adversidades, es cuando más “perdidos” nos solemos encontrar. Y cuando uno se siente perdido necesita sobre todo el apoyo de los que queremos, familia y amistades y, a veces, es necesario recurrir a ayuda especializada.

Educar en tiempos difíciles es entender que es imposible evitar que  nuestros hijos sufran.

El sufrimiento es parte de la vida. Y como es natural, lo mejor será que desde pequeños les enseñemos a tolerar las frustraciones a la que la vida nos somete, enseñarlos a que, generalmente,  las recompensas no se obtienen inmediatamente, enseñarlos a que, a veces, nos ocurren cosas que no nos merecemos pero que, a pesar de eso, nos ocurren.

En vez de ocultar el sufrimiento, en vez de evitárselo a los hijos ¿no será mejor que cuando tengan que afrontar el sufrimiento puedan sentir que estamos cerca? o ¿prefieres que tus hijos lo tengan que hacer solos?

Cuando educamos en tiempos difíciles, enseñamos a los hijos a que la familia, nuestra familia que no es perfecta, que a veces discute, que a veces se desespera, que otras ríe, que sufre, que se equivoca, que acoge, nuestra familia, tu familia y mi familia, si la cuidamos, sobrevive a todas las crisis.

En tiempos difíciles encontramos en familias que nos rodean estupendos ejemplos de fortaleza ante la adversidad. Madres y padres anónimos bregando día a día. Estupendos gobernantes. Los mejores.

La tarea de ejercer de padres

Sobre el autor

Carlos Pajuelo Morán, psicólogo y padre de dos hijos, ejerce su tarea de Orientador en el Equipo Psicopedagógico de Atención Temprana de la Consejería de Educación y Empleo. Durante 21 años ha sido profesor asociado en la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura. En este blog los padres y madres interesados por los temas de la educación encontrarán información fácil y accesible, basada en aportaciones de la psicología y la psicopedagogía, que les ayude a identificar las competencias y habilidades que como padres poseen y a utilizarlas de la manera más eficaz para poder seguir ejerciendo esta apasionante, aunque a veces ingrata, tarea de ser padres.


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