Hijo mío: Te quejas a veces de que respondo a tus protestas con un “¡Porque soy tu padre”. Y este no es un grito de desesperación, es, sencillamente, la razón de por qué educamos: ¡Porque soy tu padre, porque soy tu madre!
Yo reivindico el uso de esta exclamación: “¡Porque soy tu padre!, porque soy tu madre!” pero no como un grito sino como algo que es todo lo contrario a la desesperación o al enfado, por que alguien se tiene que encargar de la tarea de educar. Y educar a los hijos es una tarea para estar contento (aunque a veces se pasan las de caín).
Por eso te educo, aunque a ti te parezca que lo que estoy haciendo es incordiarte.
Por eso no tengo miedo a decirte NO, aunque te pongas hecho un modorro o una modorra y pienses que tienes los padres más horribles del mundo.
¡Porque soy tu padre!, ¡porque soy tu madre! por eso te castigo a veces, no porque me sienta fastidiado o frustrado con tu conducta sino porque todo lo que hacemos tiene sus consecuencias. Y además, entiendo que estés enfadado porque no te permito hacer cosas que te gustarían.
Por eso te hablo mucho porque me interesa todo lo que te ocurre.
Por eso no tengo ninguna prisa por darte rápidamente aquello que ya tendrás toda una vida para ganarte y disfrutar.
Por eso me levanto una y otra vez y no te doy por un” caso perdido”. Porque solo los padres y madres saben como duelen los hijos.
¡Porque soy tu padre!, ¡porque soy tu madre!, porque me importas, me interesas y te protejo, te guio y te superviso.
Por eso no te quito sufrimiento, no soy un escudo, soy un espejo. Te doy mi ejemplo, mi ánimo y mis abrazos para que lo combatas.
¡Porque soy tu padre!, ¡porque soy tu madre!, por eso no quiero que sean los demás los que se ocupen de mi tarea solo intento que los demás me echen una manita.
Ni más ni menos, ¡porque soy tu padre!, ¡porque soy tu madre! y en estos pocos años en los que eres un niño, un adolescente no puedo permitir quedarme de brazos cruzados, los tengo que aprovechar para darte lo mejor que tenemos: educación.
Feliz año 2016 a todos los padres y madres y nos seguimos viendo el año próximo en este espacio porque el mundo necesita que exclaméis, satisfechos: ¡Porque soy tu padre!, ¡porque soy tu madre!