Otra vez más se empeña septiembre en dar por concluidas las vacaciones y nos presenta la cruda realidad: Comienza el nuevo curso y, de su mano, el colegio, las tareas, el niño que no estudia nada, el padre pesado del grupo del whatsapp, los horarios de salida, las prisas que llegamos tarde, las extraescolares… Vamos, la vida misma.
Pero por muchos juramentos que estés haciendo, asegurando que este año no vas a consentir que ocurra lo que viene ocurriendo año tras año, si tú sigues haciendo lo mismo, vas a tener los mismos resultados. Educar no está exento de conflictos, te recuerdo que tus criaturas no están “terminadas de hacer” así que hay que seguir, enseñando, guiando, poniendo límites.. .educando.
comienza el curso, seguimos educando
Para comenzar el curso con buen pie te recomiendo:
1.- No dramatizar, simplemente comienza un curso, ni más ni menos. No lo interpretes como la última oportunidad de nada, ni como el principio de todo. El curso se presenta como un tiempo en el que poder seguir educando. Te recuerdo que gritar más fuerte igual a ti te da sensación de poderío, pero a tus criaturas solo les vas a parecer algo desequilibrado o desequilibrada, y te lo van a decir y tú lo sabes.
2.-Quien tiene que estudiar y hacer las tareas son tus hijos. Ellos. Tu tarea es ayudarles a organizarse y la de poner límites si no asumen las responsabilidades académicas. Y no olvides que quien tiene que intentar ser de sobresaliente eres tú educando.
3.- Habla bien de los que educan, ya sean maestros, profesoras, madres o padres. Todos los que educamos sabemos lo complicado que es esta tarea, así que apoyemos más y critiquemos menos. Y claro que se puede discrepar, pero busca la manera de dar tu opinión sin menoscabar la de los demás, ya sean padres o profesorado.
4.- Procura no asumir ninguna de las responsabilidades que deben asumir tus hijos. Y te vas a pelear mucho, sí, pero no vas a hacer lo que nadie más que tus hijos, según su edad, tienen que hacer.
5.- No dejes de decirle a tu hijo todo lo que lo quieres, pero no se lo digas enfadado o llorando, porque quererlos es una alegría. Y recuerda que les ponemos límites porque los queremos. Así que puedes decirles con convicción “te quiero, pero no sales“. “Te quiero pero no hay videoconsola“. “Te quiero pero estás castigado“… Y no esperes que tus hijos se echen a tus brazos y te agradezcan tu entrega y amor incondicional. Te van a montar un pollo de los buenos.
6.- El curso 2019-2020 es casi como el cometa Halley, algo que solo vas a poder ver una vez en tu vida. Así que vívelo y te recuerdo que vivir significa que te vas a enfrentar con situaciones agradables y otras desagradables.
7.- No compares a tus hijos, no compares a tu pareja, no te compares a ti. Para educar no es necesario ser perfecta ni perfecto, solo muéstrate como un modelo y así entenderás que a nuestros hijos también les cuesta a veces hacer lo que debían de hacer.
8.- los hijos no son hemorroides, así que nada de sufrir en silencio. Habla, expresa lo que te preocupa de ellos, díselo a ellos pero también díselo a los que te rodean y te puedan ayudar, familia, amigos, profesorado. Por mirar hacia otra parte, no se solucionan los conflictos.
9.- Confianza. ¿Cómo vas a confiar en que tus hijos van a ser capaces de organizar su vida en el futuro, si tú no confías en ti como madre o cómo padre? ¿Cómo van a confiar tus hijos en sus posibilidades si tú no confías en ellos? Se confía con los ojos bien abiertos, se confía poniendo normas y límites, y se persiste en la confianza cuando los hijos se empeñan en destrozarla.
10.- Y ríete cuanto puedas, cuídate, porque no sabemos qué es lo que nuestras criaturas harán este curso. De lo que estoy seguro es que tú vas a estar ahí educando, apoyando.
Otro año más, y ya van ocho, el blog Escuela de Padres os acompañaremos en esta entretenida tarea de educar hijos.