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Carlos Pajuelo

Escuela de Padres

El día que la escuela se instaló en nuestros hogares

En los últimos días he recibido muchos correos y whatsapp de familias en las que muestran una creciente preocupación por el cariz que están tomando los envíos de tareas, lecciones, etc. que están recibiendo, con la finalidad de poder dar respuesta al cierre de las escuelas. Pero también de maestras, profesores  que se sienten atacados, injustamente, por esta situación.

Cuando se cerraron las escuelas apareció un eslogan, que tiene su miga, #nosonvacaciones, y es que la monserga esta de que los maestros tienen muchas vacaciones hace mucho daño, por una parte por ser falsa;  y por otra, porque genera una tensión innecesaria entre familias y escuela.

Y como no son vacaciones, parece ser que se decidió por  la administración educativa, con la mejor de las intenciones,  que la escuela se traslade, en una especie de una mudanza temporal,  vía rayuela, correos electrónicos, youtubes, edmodo, google classroom, etc., al salón de nuestros hogares.

En estos días todas las familias van a sentir  de manera directa hasta qué punto es valiosa la tarea que los centros educativos y el profesorado realiza cotidianamente.

Todo el mundo a teletrabajar, a teleestudiar.

Pero, tal y como he escrito en otros medios,  creo que no hemos tenido en cuenta algunos aspectos del contexto familiar que, al ser considerados de menor importancia, están generando, y me temo que van a generar, si no ponemos remedio, tensiones en las familias y, de rebote, entre familias y profesorado.

Es muy difícil seguir, en casa, el mismo ritmo de trabajo que se tiene en la escuela; por las siguientes razones:

Los padres no son maestros, no tienen su habilidad, ni su conocimiento y, además de estar en casa, si es que están, realizando su trabajo, tienen que encargarse del control de las tareas, del control de la casa, de atender a las necesidades de los hijos, etc. Y todo en unos tiempos extremadamente complicados, con toda la población recluida en sus casas,en un estado de alarma.
Yo siempre he creído que lo que da la escuela a sus alumnos es único, siempre he creído en que para aprender hacen falta maestros y fruto de esa convicción valoro a los centros y la tarea del profesorado.

Para aprender se necesita un maestro, un maestro presente. Así que en estas situaciones extremas, menos es más. Menos tareas, menos exigencias, más ánimo, más confianza, más seguridad.

Al profesorado, a todo el profesorado,  se le ha pedido que modifiquen sus programaciones y las ajusten para estas circunstancias, y así lo han hecho, en muy poco tiempo y de manera rápida y efectiva, están realizando un esfuerzo ímprobo.  Pero, si todos generamos tareas, hay posibilidad de exceso de tareas y este exceso de tareas solo genera frustración, (en familias y profesorado) y lo más peligroso: más desigualdad.

En todas las familias no hay ordenador para cada miembro de la familia, ni en todas las casas hay impresora, ni para todos los padres es fácil moverse por las plataformas digitales. Además también teletrabajan muchos padres.

La administración educativa ha sido consciente de esta queja generalizada y ha pedido a todos calma, contención y que nos ayudemos.

No sabemos el tiempo que durará esto, así que es mejor que vayamos despacio, poco a poco, pero juntos y unidos.

Estamos en un tiempo extraordinario, en una situación totalmente desconocida para todos nosotros, así que tengamos todos calma y sentido común.

Vamos a no criticarnos, vamos a hacer un esfuerzo por entendernos. Vamos a darnos cuenta del valor que tiene la escuela pero también vamos a valorar el esfuerzo de las familias, porque al final todos y cada uno de nosotros somos parte de una familia.

No son estos tiempos para andar dándonos garrotazos. Ahora el enemigo común es el coronavirus, lo demás, clases, aprendizajes, tareas, es completamente secundario. En mi opinión con el paso de los días nos tendremos que enfrentar, en todos nuestros hogares, a situaciones más complejas que van a requerir todas nuestras energías. Así que pongamos un poco de cordura y seamos conscientes de la realidad en la que estamos. Nada es igual y todo es diferente.

Repito, juntos y unidos daremos respuestas; ayudémonos mutuamente familias y profesorado y así ayudaremos a nuestros hijos. Vamos a hacer ese esfuerzo, y vuelvo a insistir la calma y la tranquilidad va a ser la mejor herramienta para combatir la pandemia desde casa.

Un abrazo y, hoy más que nunca, Salud, que lo demás es mentira.

La tarea de ejercer de padres

Sobre el autor

Carlos Pajuelo Morán, psicólogo y padre de dos hijos, ejerce su tarea de Orientador en el Equipo Psicopedagógico de Atención Temprana de la Consejería de Educación y Empleo. Durante 21 años ha sido profesor asociado en la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura. En este blog los padres y madres interesados por los temas de la educación encontrarán información fácil y accesible, basada en aportaciones de la psicología y la psicopedagogía, que les ayude a identificar las competencias y habilidades que como padres poseen y a utilizarlas de la manera más eficaz para poder seguir ejerciendo esta apasionante, aunque a veces ingrata, tarea de ser padres.


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