Alicia Alonso, a pesar de sus 94 años, o aun por eso, es un mito viviente de la danza mundial . Ahora ciega “sigue acariciando la punta de sus zapatillas” . Nombrada por el gobierno cubano Prima Ballerina Assoluta y Directora del Ballet Nacional de Cuba, es una de las personalidades más relevantes en la historia de la danza y constituye la figura cimera del ballet clásico en el ámbito iberoamericano.
Nació en La Habana, donde inició sus estudios en 1931, en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical. Más tarde se trasladó a los Estados Unidos y continuó su formación con Enrico Zanfretta, Alexandra Fedórova y varios profesores eminentes de la School of American Ballet.
Su actividad profesional comenzó en 1938, en Broadway, al debutar en las comedias musicales Great Lady y Stars in your eyes. Un año más tarde ingresó al American Ballet Caravan, antecedente del actual New York City Ballet. Se incorporó al Ballet Theatre of New York, en 1940, año de su fundación. A partir de este momento comenzó una brillante etapa de su carrera, como intérprete suprema de las grandes obras del repertorio romántico y clásico.
Ha pisado todos los mayores coliseos de la Danza mundial, alternando con Mijail Fokine, George Balanchine, Leonide Massine, Bronislava Nijinska, Antony Tudor, Jerome Robbins y Agnes de Mille
Han sido numerosísimos los reconocimientos que ha recibido de prácticamente todos los países del mundo, particularmente aquellos que han tenido una especial sensibilidad para la cultura, las artes y la escena. Desde la Legión de Honor francesa y el Águila Azteca de México hasta la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de España, prácticamente ningún galardón de prestigio falta en su historial. Ha alternado con todos los grandes del ballet, y pueden rastrearse en Youtube sus más destacadas interpretaciones. Quizás su mayor mérito haya sido posibilitar el paso de la danza en Hispanoamérica, de un concepto folclorista (ya de por sí importante) a otro centrado en el ballet clásico y contemporáneo, de mayor importancia si cabe.
Si bien sus más reconocidas interpretaciones corresponden a Giselle http://www.youtube.com/watch?v=meQA463kzlw y Coppelia http://www.youtube.com/watch?v=E5X4gYuM_qw representantes en sí mismas del mundo de la comedia y de la tragedia, personalmente invito a visitar en este enlace una magistral por lo sorprendente interpretación de Carmen de Bizet.
http://www.youtube.com/watch?v=SEOmKbvHT_U
Extremadura concedió en septiembre de 2001 a Alicia Alonso el Premio Extremadura a la Creación que cada año concedíala Junta extremeña a la mejor trayectoria artística. La bailarina y coreógrafa cubana recogió el galardón con palabras emocionadas. En el mismo acto, que se celebró en el Gran Teatro de Cáceres, fueron también galardonados el escritor Álvaro Valverde, y el espectáculo «Extremadura, un mundo de sentidos».
Alicia Alonso, al frente del Ballet Nacional de Cuba, presentaba en esos días en el Teatro Albéniz el estreno de «Los millones del Arlequín».
Dejo para los lectores hoy, proveniente del blog personal de Álvaro Valverde, el siguiente poema:
CON ALICIA ALONSO
Aquella mujer ciega me miraba
desde un país donde la luz no existe.
Hablaba y al hacerlo se movía
como si sus palabras fueran música.
Las manos, al compás de su relato,
sugerían un cuerpo en plena danza.
Allí, en el escenario, sola, erguida,
en medio de las sombras donde oculta
cualquier misterio su pasión abstracta,
bailaba sin bailar como si hacerlo
fuera tan natural como estar quieta.
Venía de otro sitio, de muy lejos.
En su sensualidad vibraba el eco
de lo que es sublime y por eso humano;
de lo frío y a la vez de lo cálido;
de lo que es intuición y lo que es técnica.
Inmóvil y perdida, acaso frágil,
su apariencia engañaba: Alicia era
la misma bailarina que en La Habana,
Madrid, París, Moscú o Milán,
interpretara Carmen o Giselle,
Cascanueces o La Bella Durmiente;
la misma que en cualquier lugar del mundo
un entendido asocia a la leyenda.
Donde ella puso el pie, el ballet vive.
Porque la danza es más que ritmo y forma:
es un alma librándose de un cuerpo.