Según escribe Plinio en su Historia Natural, el proverbio “ nulla dies sine línea” (“ningún día sin una línea”) trae su origen de un gran pintor : Apelli fuit alioqui perpetua consuetudo numquam tam occupatum diem agendi, ut non lineam ducendo exerceret artem, quod ab eo in proverbium venit. Así que el gran Apeles tuvo la arraigada costumbre de no pasar día alguno sin ejercer su arte trazando al menos una línea. Como confirmación de otro dicho clásico, “ut pictura poesis”, el consejo pasó a los escritores y bien podría referirse también a cualquier lector.. Según el mismo, todos deberíamos compartir la tristeza de Erasmo, el gran humanista holandés, si nos vemos en la ocasión de repetir uno de sus adagios : “nullam hodie lineam duxi” (hoy no compuse ni una línea). Entendiéndolo así, los organizadores del simposio celebrado en Trujillo los primeros día de mayo 2006 adoptarían el lema “ Nulla dies sine línea”. Es el que da título al volumen que recoge las ponencias y comunicaciones allí expuestas, obra de 428 páginas, con una treinta de trabajos. Lo coordinan César Chaparro, Manuel Mañas y Delfín Ortega, profesores de la Universidad de la UEX, cuyo dinámico Departamento de Ciencias de la Antigüedad organizase el mencionado congreso.
Es bien sabido que muchos de los mayores humanistas del Renacimiento español nacieron en Extremadura. Cada vez son mejor conocidas las obras de los más grandes : Arias Montano, El Brocense, Casiodoro de Reina, Pedro de Valencia o Cipriano de Valera. Sus escritos, extraordinariamente importantes, atraen la atención de numerosas instituciones e investigadores, españoles y extranjeros. La R. Academia y la Universidad de Extremadura llevan decenios promocionando el estudio sobre aquellos autores, con indudables frutos. Las Universidades de Cádiz, Huelva y León , donde aún resuenan las enseñanzas de los catedráticos ya desaparecidos Antonio Holgado y Gaspar Morocho , contribuyen de modo sustancial en esta línea. Y recientemente el Ayuntamiento de Fregenal de la Sierra presentaba un ambicioso proyecto : constituir el “Centro Arias Montano de estudios e interpretación del Humanismo Europeo”.
Razonable programa para una tierra donde durante los siglos XVI-XVII vieran la luz, junto a los personajes arriba dichos, otra pléyade de poetas, novelistas, traductores, gramáticos, teólogos, juristas, evangelizadores, dramaturgos, lingüistas, etc., no por menos relevantes indignos de ser estudiados. La nómina que recoge en el prólogo César Chaparro es contundente y aún podría ser incrementada : Diego López, Aldana, Luis de Toro, , Martín del Barco Centenera, el cardenal Silíceo, Juan Maldonado, Moreno de Vargas, Lorenzo Ramírez de Prado , Gonzalo Correas, Luis de Ávila y Zúñiga, Cristóbal de Mesa, Bernardino de Carvajal, Luis Zapata, Luisa de Carvajal y Sorapán de Rieros.
A estos “segundones” estuvo dedicado el congreso de Trujillo, aunque tampoco faltarían referencias a los más grandes. Los siete últimos de la lista acapararon la máxima atención , algunos hasta por partida doble, de los investigadores allí reunidos, que también analizarían la figura y obras del comediógrafo Diego Jiménez Arias, el lexicógrafo fray Diego de Ocaña, el cronista Galíndez de Carvajal, el albéitar Fernando Calvo o el economista guadalupense P. Alhobera.
La obra, importante sin duda, no es fruto del azar, sino consecuencia lógica de un profundo y sostenido interés hacia nuestros humanistas. Manuel Mañas expone en su artículo los pasos más significativos que en tal línea han ido dándose, así como los programas para el futuro desarrollados por la Universidad de Extremadura.
EL LIBRO:
Título: “Nulla dies sine línea. Humanistas extremeños: de la fama al olvido”
Autor: César Chaparro Gómez y otros
Editorial: Universidad de Extremadura, Cáceres, 2009.