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Manuel Pecellín

Libre con Libros

POESÍA EXTREMEÑA

Nacido en Plasencia (1980), la ciudad de Extremadura con más y mejores escritores por metro cuadrado, Álex Chico curso Filología Hispánica en Salamanca. Trasladado a Cataluña, trabajo allí como profesor de Instituto, mientras labora por doctorarse con una tesis sobre José Antonio Gabriel, otro placentino admirable. Dirige on line la Revista de Humanidades Kafka, donde hemos colaborado ocasionalmente . Se dio a conocer con algunas “plaquettes, esos folletos que suelen adelantar obras posteriores , como Las esquinas del mar (2004) y Nuevo alzado de la ruina (2005), a las que debe añadirse Escritura (2010). La auténtica medida de sus posibilidades la dio ya el libro La tristeza del eco (ERE, 2008), cuya elogiosa reseña hizo Luis García Jambrina en ABC (17 mayo 2008) con un texto que incluimos en nuestro volumen Bibliografía Extremeña 2008-2009. Cuanto prometía aquel primer poemario lo confirma este segundo, también clasificable dentro de la clasificación del “realismo expandido” (Bachelard), aunque repleto de notas subjetivas.
Dimensión de la frontera tiene una estructura dual, cerrada con un epílogo. La primera parte. “Más allá del Sur”, canta los lugares, espacios y territorios donde más se ha sido: rincones infantiles, rescatados por la memoria o tal vez rehechos por una visita ocasional; paisajes limítrofes (la “frontera” del título), en los que tantas similitudes se perciben, hollados alguna vez por los maestros más queridos (Kafka, Alberto Caeiro/Pessoa, Salinger, Czeslaw Milosz, Camus, Thomas Mann), o la ciudad donde se habita, sin conseguir del todo superar los pulsos nostálgicos ni dejar de sentirse extranjero. Como un día señalase Benjamin sobre su propia escritura, al autor le conmueven las ruinas, la decrepitud del arrabal de la infancia, la dejadez del viejo molino, la tristeza del huerto abandonado.
La parte segunda, “Tiempo después”, sin despegarse de las instancias telúricas, se nutre de consideraciones preferentemente temporales, la voz herida de un sujeto supersensible. El poeta evoca sus temores ancestrales, los olores a fruta fresca y tabaco, los paseos juveniles extramuros, la frescura estival del aljibe, los estudios en Salamanca.
El epílogo es el poema más extenso de la obra, que establece una cálida comparación entre el lugar del nacimiento y el de residencia, suburbiales ambos, de espaldas a la ciudad respectiva, donde el niño que fue y el que acaso aún se sigue siendo se precipitan, real o metafóricamente, en los toboganes azules del parque sintiéndose capaces de superar los límites todos.
En nota final el autor confiesa sus deudas y dedicatorias “interiores”, entre las que no faltan los nombres de algunos poetas extremeños (Basilio Sánchez, Álvaro Valverde, Ángel Campos Pámpano Efi Cubero). Pese a la lejanía circunstancial, Álex Chico sigue hondamente vinculado al terruño que lo vio nacer y sabe sugerirlo en excelentes poemas.

Alex Chico, Dimensión de la frontera. Sevilla, Siltolá, 2011

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