Natural de Plasencia (n.1980) y residente en Barcelona, donde trabaja
como profesor de Instituto, Álex Chico es licenciado en Filología
Hispánica, DEA en Literatura Española y codirector de la Revista de
Humanidades Kafka, publicación digital muy recomendable. Ha ejercido
la crítica literaria en medios prestigiosos, como Ínsula, Revista de
Letras y El Libris.. Tiene publicados La tristeza del eco (ERE,
2008), Dimensión de a frontera (La Isla de Siltolá, 2011) y las
plaquettes Escritura, Nuevo alzado de la ruina y Las esquinas del mar
Un lugar para hace la letra J de la colección codirigida por Elías
Moro y Marino González Montero, una referencia ya ineludible para los
estudios de la literatura hecha en Extremadura. Con su nuevo libro, el
autor confirma la calidad de su joven y ya madura voz. Construido con
poemas de amplio aliento y verso libre (son ocasonales los breves, más
un par de textos en prosa lírica), Chico da cauce a las emociones que
le conmovieran en lugares específicosde Francia, Italia o Cataluña,
rincones también transitados por autores, poetas, pinto res y
cineastas, especialmente aprciados por él: Nimes, Paris, Vaucluse, el
Sorgue (Fonollosa, René Char, Camus, Beckett); Ischia, Nápoles, Roma
(Auden, Eduardo Moga, Truman Capote, Yeats, Moravia) y, sobre todo,
la barcelonesa calle Menorca (Basiiio Sánchez, Javier Pérez Andújar),
repleta para él de evocaciones.
Hay tantas formas de observar el mundo y dar cuenta de las
percepciones en cada momento y lugar nacidas, como personas. La
sensibilidad del poeta y su dominio del lenguaje, capaz de ver lo que
los demás no captan y expresarlo como nadie dijera, converten su
testimonio en especialmente atractivo. Por algo los auténticos ). son
“especie única” (Unamuno). Así ocurre con estos poemas, escritos como
fe de vida.
Entrevistado por Iván Humanes (Revista de Letras, 6-02-13) a propósito de esta obra, el autor extremeño responde: “Un lugar para nadie es, al final, el lugar de la escritura. Pensemos en nuestros espacios de escritura, en lo que ocurre cuando estamos en ellos. El acto de escribir es solitario, sin embargo pocas veces se convocan a tantos seres. Invisibles, memorizados, intuidos. La soledad, por eso, nunca podrá existir para un escritor. La ficción le acompañará siempre”. Es una suerte que los lectores podamos también compartir de alguna manera esos territorios.
Álex Chico, Un lugar para nadie. Mérida, De la luna libros, 2013